🔸Cap. 32

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Habían pasado dos semanas más. Saint había decidido seguir en el club pero únicamente iría una vez a la semana y los días restantes trabajaría con Perth, pues por un momento también pensó en el pelinegro, él le estaba ofreciendo una relación bonita, aunque no lo hacía público pero en verdad no lo necesitaba, le demostraba a diario cuanto lo amaba así como también le mostraba adoración a Chris y en realidad ese punto era muy especial para Saint, y entonces pensó en que solo talvez a su novio le podía dar celos así como él mismo los experimentó cuando Perth recibió la visita de una hermosa mujer llamada Jane.

La mujer era muy melosa, Saint se puso celoso ese día, ella le decía "mi amor" a su hombre cada dos segundos; el pelinegro lo había notado y por esa razón le compensó con una buena follada seguido de una explicación sobre el comportamiento de Jane; ella era melosa con medio mundo y Saint lo descubrió tras la segunda visita de la misma mujer.

Llevaba apenas una semana trabajando en la empresa de Tanapon como su secretario, mientras tanto Ohm se encargaba de llevar al pequeño Chris a su escuela y recogerlo de regreso a la mansión Tanapon; ellos se llevaban bien, jugaba mucho con Chris al igual que Perth, ambos adoraban mucho al niño y es que esa casa era muy diferente y alegre con el niño corriendo y jugando de aquí para allá.

Y en ese tiempo una vez más Ohm le hizo una propuesta de matrimonio a su dulce novio Nico, recibiendo otra vez un rotundo NO, con un "te amo pero así estamos bien" y una vez más Pawat entendió a su novio, lo entendió porque lo amaba; en otra situación lo hubiese dejado ante el primer rechazo pero por alguna extraña razón no podía dejarlo, estaba demasiado enamorado, de aquellas rabietas que hacía algunas veces, de aquella sonrisa, de aquellos pequeños ojos, de aquella morena piel, de aquel bello corazón que guardaba sus sentimientos, estaba perdido por Nico Wongsak.



•|•|•

Actualidad.

El chófer de Tanapon conducía en silencio hacia la mansión, mientras en los asientos de atrás, Perth y Saint viajaban juntos. Saint se deshacía de su corbata y saco, visiblemente incómodo con el traje que Perth le había impuesto como uniforme, y que debía usar según las órdenes de su jefe.

– No me mires así, mi vida –pidió el pelinegro ya que al apartar su vista del periódico se encontró a su novio mirándolo tal cual un niño pequeño enojado– Es tu uniforme.

– Lo odio, sabes que lo odio –reclamó sacándose la camisa de sus pantalones.

– Acostúmbrate, además deberás usar uno parecido el día de nuestra boda –dijo Tanapon mirando el periódico. Saint quedó helado "boda", ¿Acaso Perth Tanapon estaba dispuesto a casarse en un futuro con él?– El día entero –añadió.

Saint apartó el periódico que Perth leía, lo dobló y lo dejó a un lado en el asiento, hizo lo mismo con los lentes de lectura del pelinegro, para después sentarse en sus piernas quedando frente a frente. Perth sonrió y gustoso recibió los labios de su novio, su mano viajó a amasar a su gusto el redondo y perfecto trasero del bailarín, y la otra mano se había escurrido dentro de la camisa del chico acariciando su abdomen y subiendo hasta acariciar su pecho, se dio el descaro de jugar con los pezones de Saint que soltó un gemido entre el beso.

Fue el bailarín quien se separó de aquel beso ante la falta de aire. Con sus manos acarició las hebras de cabello que caían sobre los ojos de su novio.

– Me estás poniendo caliente, y tendrás que follarme en el auto con el chófer ahí –advirtió Saint frotándose un poco contra Perth.

– Lo haría con mucho gusto, pero eso deberá esperar hasta la noche –alejó su mano del pecho de Saint para acariciar su mejilla– Iremos a casa a ver a Chris.. –apretó suavemente con su dedo pulgar e índice las mejillas de Saint haciendo que sus labios se curvaran en una expresión adorable, como un pescadito– Vas a quitarte este molesto traje.. –sonrió al observar los labios de su chico, sin dejar de apretar con sus dedos– Los llevaré a cenar a un restaurante.. –besó sus labios y soltó sus mejillas– Vamos a dormir a nuestro bebé en su cuarto.. –colocó sus manos en la cintura del chico sobre él–  Y en la noche soy todito tuyo ¿Te parece?

– Sr. Tanapon, Sr. Suppapong, hemos llegado a casa –informó el chófer, cosa que el pelinegro ignoró, seguía mirando aquellos ojos miel que tanto amaba.

– Hecho –dijo regalándole una bella sonrisa a Perth, luego apartó los mechones de cabello de su frente y depósito un beso ahí.

Después de un momento de darse mimos ambos salieron del auto y entraron a la mansión.

– Disculpe señorita ¿Sabe si mi hijo ya llegó? –preguntó Saint a una empleada mientras hacía reverencia.

– Sí señor, el niño está con el Sr. Pawat en su habitación –respondió ella, Saint asintió y caminó junto con el pelinegro en busca de su hijo.

Perth abrió la puerta y ahí estaban viendo una película "Caperucita Roja", ambos sentados en un sofá de la habitación.

– ¡Llegamos! –avisó el bailarín.

– ¡Papi!

Chris corrió a darle un fuerte abrazo a su padre quien lo recibió en sus brazos con mucho amor. Tanapon sonrió al ver esa escena, ellos eran lo único que necesitaba. El pequeño Chris extendió sus bracitos para que Perth lo cargara y él lo hizo.

– Cariño, ¿Cómo te fue en la escuela? –le preguntó con total interés. Chris antes de decir algo dio un beso en la mejilla de Perth.

– Hoy le hicimos un regalo a nuestros papás en la escuela –susurró el niño en el oído del pelinegro; la misión era que su papi San no escuchara.

– ¿En serio? Tu papi se pondrá muy feliz.

Perth le siguió la corriente a Chris, pues Saint sabía todo sobre el regalo, él mismo compró los materiales.

– Lo sé pero ¿Se lo doy ahora mismo? –preguntó susurrando.

Saint sonrió al ver a sus hombrecitos ser cómplices.

– Dáselo ya.

Chris bajó de los brazos de Perth y corrió a su propia habitación que estaba en medio del que compartían Saint con Perth y la de Ohm.

– Perth ¿Iremos a algún lado? ¿Me necesitas? –preguntó Ohm mientras seguía mirando la televisión.

– Iré a cenar ¿Vas con nosotros?

– Pensaba en ir a casa de Nico.

– Oh, está bien, puedes ir –autorizó Perth, luego miró a un lado suyo a Saint, se acercó y lo abrazó– Te amo –susurró mientras olía la fragancia del cuello del bailarín, tan agradable como siempre.

– Papi cierra tus ojos –interrumpió la voz del pequeño de la casa, la pareja se separó, Saint sonrió al ver a su angelito ocultar algo tras su espalda.

– Vamos mi amor, cierra tus ojos.

Perth puso sus manos cubriendo los ojos de Saint desde atrás. Chris sonrió sacando de su escondite una manualidad sencilla y colorida con la frase "Feliz día del padre."

– Ya puedes abrirlos.

Tanapon quitó sus manos de los ojos de su novio dejándolo ver la obra de arte de su hijo.

– ¡Wow! Gracias mi vida –dijo Saint con emoción y los ojos de su hijo brillaron al ver la sonrisa de su padre. Chris le entregó el detalle y lo abrazó– Gracias mi niño hermoso, te amo, te amo –repartió besos en el rostro de su bebé.

Perth sonrió con ternura, amaba demasiado a esas dos personas y agradecía que aparecieran en su vida, ellos eran su salvación.

(...)

Ohm se había marchado a casa de su novio, Perth y Saint se habían dado un refrescante baño y se están vistiendo para ir a cenar juntos con su hijo, quien estaba siendo vestido en su habitación por su niñera.

Después de un rato, los tres estaban listos. Chris con su traje a medida, igual al de Tanapon, con cada detalle perfectamente ajustado. Perth, por su parte, vestía uno de sus clásicos trajes que siempre parecían hechos para él. Saint, en cambio, optó por una vestimenta más relajada, que aunque no era un traje tradicional, seguía siendo elegante y sofisticado.

Pero todo se arruinó gracias a una llamada al teléfono de Saint, era su jefe rogándole que fuera al club un día antes del acordado, siendo una fecha importante tenían muchos clientes desde temprano y la mayoría lo buscaba él.

Saint no pudo negarse, así que dejó que Perth y Chris fueran solos a cenar mientras él se iba al club.






El Mafioso Y El Stripper [Adapt./PinSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora