- Veréis es que... hemos pensado en que os deberías de casar así nuestras familias estarían más unidas.
- ¡¿Qué?!. Soltamos los dos a la vez.
- ¿A qué viene esto ahora? ¿Casarme con él? Por favor no estoy tan loca, no me cansaré con él.
- Pues anda que si me tengo que casar contigo.
- ¿Qué pasa conmigo?
- Eres un niñata creída.
-¿Niñata creída?. Me balancé sobre él, quería matarlo pero mí padre me estaba sujetando y me llevó al cuarto.
- Sara tranquilizate.
- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice, cuando me ha llamado niñata creída?!
- Lo sé, pero...
Jungkook nos interrumpió.
- ¿Puedo hablar con ella?
- Sí, claro. Su padre cerró la puerta tras él.
- Yo no quiero hablar contigo.
- Te recuerdo que no viniste al hospital a verme en toda una semana y media que estuve allí, que me pegaron una paliza por salvarte a ti.
- ¿Por salvarme a mi?
- El día que tú te fuiste corriendo a casa llorando, el porque aún no lo sé, aparte de pegarme a mi, a ti también te querían hacer algo y por casi me matan a mi, por ti.
- ¿Qué?
- Sara, yo no difundí el rumor ese, tampoco lo hubiera pensado hacer, porque es cosa de nosotros.
- Se quien fue, no le pegué, estaba más preocupada de lo que te pasara a ti que lo del rumor.
- Sé que tú me encontraste, pero... ¿Por qué no viniste a verme?
- Tenía miedo.
Jungkook se acercó a mí, me cogió la cara y me besó.
- Sara, yo nunca te haría daño.
Le devolví el beso, pero está vez apasionadamente. Abrieron la puerta y mi madre y la madre de Jungkook nos vieron.
- ¿Eso es qué os vais a casar?
Nos quedamos mirándonos y comenzamos a reír.
- ¡SÍ, SE VAN A CASAR!. Gritaron las dos.
Bajamos abajo, y las madres no paraban de hablar de los preparativos de la boda.
- ¿Qué os parece, dentro de dos semanas?
- ¿Dos semanas?, es muy pronto, mamá.
- Yo lo veo bien. Dice Jungkook.
Le di un golpecito en las costillas.
- Vale si demasiado pronto.
- Da igual dentro de dos semanas. Dice mi madre.
El lunes llegaron las invitaciones ya que nuestros padres conocían al dueño que las hacía.
Estábamos en el coche Jungkook y yo hablando.
- Tengo miedo de que dirán, aparte tus fans me matarían, si saben que te vas a casar.
- No hay problema. Me dio un beso en la frente y salimos cogidos de la mano. Todo el mundo nos miraba.
En la cafetería, Jungkook fue repartiendo las invitaciones. Todo el mundo nos felicitaba.
-¿Qué pasa?¿Qué con que te pegarán no te quedaste tranquilo?
Nos quedamos todos mirandolas a las dos.
- ¿Fuiste tú, quién los mandaste?
- Yo misma, ¿Qué te creías que me iba a quedar quieta viendo como os hacéis una parejita y a mi me dejas de lado?, pues no.
Jungkook le cogió del cuello.
- Ni se te ocurra, tocar a Sara o tocarme a mí, porque te buscaré y te mataré.
La soltó haciendo que se cayera al suelo. Él no pega a ninguna chica pero esto se había pasado de castaño a oscuro, que por casi lo matan.
La madre de Jungkook me recogió, junto a mi madre para la prueba del vestido, Jungkook hizo lo mismo pero con su padre y el mío.
Estaba muy nerviosa, nunca hubiera pensado, que me fuera a casar con él.
Sonia y Tainy ya venían hacía aquí. Tenía muchas ganas de verlas y contarles todo. Luego tenía que pasar a recogerlas al aeropuerto.
Llegamos al aeropuerto y Jungkook estaba junto a mi, algo tapado para que nadie lo viera.
- ¡SARA!. Gritaron las dos.
Fui a darles un abrazo.
- Os echaba tanto de menos.
- Y nosotras a ti, ¿Cómo que estás prometida, con el más guapo del mundo, sabías que me gustaba ese hombre?.
- Pues sólo surgió.
- Hola. Se acercó Jungkook con una sonrisa. -.Me quitaría las gafas y la capucha pero es por seguridad.
- ¡AAAAAH!. Empezaron a gritar las dos como locas, enseguida les tapamos la boca.
Fuimos a comprar vestidos para Sonia y Tainy, y Jungkook quería a acompañarnos. Se lo estaba pasando mejor que yo y todo.
Al día siguiente no había clase. Y alguien empezó a darme besos en la mejilla y en el cuello. Me giré para ver quien era.
- Jungkook, ¿Qué haces aquí?. Miré el reloj eran las 7:00 am. - Y a estás horas.
- Tus padres me han dejado pasar, les he pedido permiso para estar todo el día contigo, así que levantate, duchate y vístete.
Me duché y cuando salí, Jungkook había hecho mi cama.
- Gracias. Le di un beso en la mejilla.
- Vamos, date prisa. Él me dio una palmada en el culo.
Le miré mal y él se rió.
Jungkook cogió el coche de su padre. Aparcó delante de un restaurante. Allí desayunamos.
Nos fuimos a ver Seoul, me lo pasé en grande. También fuimos a un parque de atracciones. Era la hora de cenar cogimos el coche y él me tapó los ojos.
Comenzamos a andar.
- ¿Por qué tiemblas?, ¿Estás nerviosa?
- Sí, la verdad es que sí.
Destapó mis ojos, y había un camino de pétalos de flores junto con unas velas olor a vainilla.
El camino conducía a una mesa rodeada también de pétalos.
Enfrente mía, estaba Jungkook con una rosa. Me la entregó y me dio un pequeño beso en la frente.
Ya estábamos en el postre, la cena se me había ido muy deprisa.
Jungkook se levantó y se arrodilló a donde estaba sentada.
- Sara, sé que me he comportado como un capullo, que alguna vez te he hecho llorar, por haberte llamado niñata creída y que lo siento por eso. Esta vez voy a cambiar y lo vas a ver. Te quiero y quiero que seas mía, para siempre.
Mis lágrimas brotaban
por mi cara.
Sacó una cajita del bolsillo de su camiseta.
- Ya se que es un sí, pero está vez lo quería hacer mejor y decir las palabras. Sólo porque me hacía ilusión.
Comenzamos a reír.
- Sara, ¿Quiéres casarte conmigo?.
- Sí. Él me puso el anillo en el dedo, que por cierto era precioso. Cogió mi cara y nos besamos.
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El chico de al lado
عاطفيةLa niña marginada que era antes, cambiará mucho cuando llegue a su ciudad natal. Encontrará nuevos amigos, nuevo amor y nuevas aventuras.