i don't need nobody else [winteriron]

Parte única

En el momento en que Tony despertó, una repentina fiebre recorrió todo su cuerpo. Era muy pronto para que su celo comenzara, se suponía que sucedería dentro de dos semanas, pero por alguna razón se había adelantado, o mejor dicho debido a alguien, y ahora no paraba de sufrir un agonizante ardor por todo el cuerpo.

Solo había una cosa que terminaría con el dolor. Él necesitaba un alfa, pero no cualquier alfa. Él deseaba al que había conocido recientemente. James Barnes. El alfa perfecto.

Tony amaba cada cosa de él. Desde esos hermosos ojos azules como el hielo, su atemorizante estatura, la forma en la que su mandíbula se flexiona cuando guarda silencio, o aquella gruesa e imponente voz, la cual provocaba que sus piernas temblaran. Pero lo mejor era el aroma que el alfa desprendía. Un suave, pero adictivo olor a pino y café tostado, era absolutamente divino.

"Maldición..."

Solo pensar en el alfa provocaba que su ropa interior estuviera empapada de excitación.

Y en un intento de aliviar el calor que comenzaba a brotar de su interior, se quitó la camiseta que llevaba puesta y con su mano izquierda tocó su pecho, acariciando sus pezones hasta llegar a su abdomen, el cual se sentía vacío por ser llenado.

Continuó bajando su mano y con la punta de los dedos acarició el borde de sus calzoncillos, mordiendo su labio inferior, levantó el borde y guio sus dedos hasta rozar su agujero, soltando un suspiro acarició alrededor, y sin esperar más, metió un dedo en su interior ocasionando que una ardiente oleada de calor nuble su mente.

xXx

Al salir de la ducha, un delicioso aroma a miel y chocolate hizo que Bucky se congelara y cerrara los ojos, se sabe que una de las ventajas que conlleva ser un alfa es tener un olfato superdesarrollado, pero no era un alfa normal, él era uno modificado genéticamente lo cual indicaba que a pesar de tener los mismos rasgos que un alfa convencional, gracias al suero del supersoldado era más difícil controlarse y no dejarse llevar por los agudizados sentidos que HYDRA le dio.

Intentando no dejarse llevar por los recuerdos, el alfa intentó descifrar de donde provenía aquel maravilloso y embriagador aroma que estaba desequilibrando su estado. Sin tener noción de sus acciones repentinamente abrió los ojos al llegar al lugar de donde provenía el aroma.

La habitación de Tony.

Bucky bajo su mirada y no pudo evitar hacer una mueca. Tenía una maldita erección, la cual empujaba furiosamente la toalla de baño que se encontraba alrededor de su cadera. Suspiro fuertemente y llevó su mano de metal a su sien mientras que la otra mano masajeaba fuertemente su entrepierna.

El celo de Tony había comenzado.

Soltando un suspiro, dejó caer la toalla en el suelo y con su mano derecha comenzó a masajear vigorosamente lento su miembro, apoyó su frente contra la puerta de la habitación del omega y cerró sus ojos al imaginar a Tony debajo de él, retorciéndose y temblando de placer, su esbelto y caliente cuerpo siendo marcado una y otra vez por él hasta gritar hacer que el omega grite su nombre mientras alcanza el orgasmo.

Sabía perfectamente que no debía dejarse guiar solo por su casta, era mejor que eso, pero había veces en las que su otra parte no podía resistirse.

Desde que se había mudado a la Torre junto a los otros Vengadores, Bucky no podía negar que había cierta rivalidad entre él y Stark. Y aunque con la ayuda de Steve habían arreglado sus diferencias, continuaba existiendo una extraña tensión que les impedía estar juntos por mucho tiempo en la misma habitación. Desde la forma en la que Tony lo seguía con la mirada cuando entrenaba en el gimnasio, hasta la forma en la que evaluaba con precaución su brazo de metal para que no hubiera inconvenientes que pudieran perjudicar alguna misión en el futuro.