La generación de plata (Doukoto)

(45)

En una noche de lluvia cualquiera dos cazadores perseguían una luna inferior la cual estaba causando el caos aquel demonio creyó salvarse cuando las puertas del infierno estaban delante de sus ojos pero no contaba con ser cortado por la respiración del viento para posteriormente su cuello ser cortado por la llama de la otra katana.

Lo último que vio fue a ambos uniformados de mirada inquebrantable acercarse aquellas puertas del reino de su rey descubriendo finalmente la colmena de todo.Así exterminando el demonio y teniendo una información valiosa debían regresar sin saber que algo trágico había ocurrido esa misma noche debido a la lluvia no notaron como la luna enrojeció a un carmesí opaco.

Llegaron una mañana del tercer amanecer de su viaje pero no vieron a ningun otro pilar más que la mirada sería de su patrón que inquieto ambos.

-Debo anunciar una triste noticia, uno de los hogares de los pilares fue atacado

Los dos únicos hombres quedaron en silencio pero en sus cabezas trataban de saber quien había pasado por esa desgracia, kayaga ubuyashiki miro con pesar al pilar de haori morado y siguió hablando para no dar más incertidumbre.

-La familia shinazugawa fue atacada por el rey de los demonios- sabía que muchas cosas pasaban en la cabeza de kyogo pero en ese instante el más alto se cayó del shock de la noticia- afortunadamente un pilar estaba cerca y logro alejar a los pequeños dónde un grupo de ocultos le acudieron a su rescate ahora están a salvó en la casa kocho sin embargo no hay rastros ni del pilar ni shizu sama

Al pelinegro le fallaron las piernas en algún momento estaba mareado y con un peso en el pecho solo podía ver el suelo para no sentir náuseas, shinjuro no sabía cómo ayudarlo ni mucho menos consolarlo por la noticia que cayó como agua fría tan solo pudo preguntar quien había acudido al llamado rogando que fuera tanjuro.

-Hashibira kotoha.

Ahora el peso se kyogo era mayor.

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En los terrenos de los kocho la hija mayor esperaba noticias de los cazadores a cargo de la investigación sobre la desaparición del pilar de las hojas, su padre no pudo ser parte del grupo por temas de intereses así que solo podían esperar.

-Kanae ve adentro hace frío- su madre había llegado a la entrada donde su hija esperaba con un botiquín de primeros auxilios

-No, anechan vendrá y debo cuidarla.

-hija...

-Anechan está bien...nos prometió que estaría bien...

En ese momento la joven quería llorar su madre entendía esa gran preocupación pero no podían hacer nada más que rezar por lo mejor.

-Kanae, esas vendas y medicina debes dárselas a los mayores shinazugawa- la menor siguió en su lugar- kotoha los protegió ¿No crees que eso le haría muy feliz?

Finalmente la convenció en entrar a la finca pero hana se quedó en la entrada de rodillas entre sus lágrimas suplicaba que kotoha regresará sana y salva.

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El frío de la noche hacia presencia una dama de cabello bicolor y vendaje en el rostro escondida en una cueva, mirando a su alrededor pudo sacar a una pequeña de cabello negro de ropas anchas.