Butterflies

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Autora: Sandra M.P.
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[SMUT] [+18]

—¿Qué? —dijo el moreno, desconcertado, mirando a su amigo de forma que el otro no podía percibir lo que el chico pensaba realmente.

—Q-que me... Me gustas. —repitió, con el corazón latiendo de forma frenética y con fuerza. Era la primera vez que se le declaraba a alguien.

Era la primera vez que se sentía así, por alguien.

El chico lo miró en silencio durante un rato que se le hizo eterno, hasta que finalmente una sonrisa se formó en sus labios.

—Hombre, tú a mí también, pero, ¿por qué estás tan nervioso? —dijo, haciendo que el otro mostrara una sonrisa nerviosa y tragara saliva. —¿Jinnie? —alzó una ceja en su dirección, sin comprender.

El pelinegro no sabía qué hacer ante aquella situación. ¿Era entonces algo recíproco? Haciendo acopio de todo su valor, rompió el pequeño espacio que había entre ellos para acercarse al rostro ajeno y plantar un suave y casto beso en sus labios.

Pero lo había malinterpretado.

—Pero qué... ¿Qué te pasa? —le empujó, tirándolo al suelo y dejándolo algo confundido a la vez que asustado. Jun nunca le había empujado.

—Pe-pero pensaba que...

—¿Que qué, idiota? —casi le gritó.

Estaba molesto. No, estaba furioso. Nunca lo había visto enfadado con él, nunca habían discutido en serio, solo por cosas estúpidas como una rayada en el cuaderno del otro a modo de broma.

—Lo siento. —sus ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo mientras intentaba ignorar la opresión y el fuerte dolor que sentía en el pecho cuando su corazón fue pisoteado con fuerza. Si pudiera volver el tiempo atrás, lo haría sin dudarlo dos veces.

—¡No me gustan los tíos, maldito marica asqueroso! —las lágrimas recorrieron libremente su rostro en el momento en el que le escupió en el rostro, con desprecio.

Aquel que había sido su amigo desde que tenían cinco años estaba mirándolo ahora como si fuera una bolsa de basura en mitad de su camino, y dolía, dolía como el maldito infierno.

Pero lo peor ni siquiera había empezado.

"¿De verdad?"

"Hala, qué asco."

"Es un cerdo."

"Y dijo que le quería bajar los pantalones y chupársela ahí mismo, ¿te lo puedes creer?"

"No sé cómo puede haber gente tan desagradable."

"Es un enfermo."

"La verdad, me da pena."

"Es patético."

Cada día que pasaba la lista se hacía más larga.

La primera semana fue demasiado dura para él, tanto, que el primer día después de la primera hora de clase se encerró en el baño y no salió de ahí hasta acabar toda la jornada escolar.
El resto de la semana se lo pasó ausente, parecía un cadáver andante. Caminaba en piloto automático, asistía a las clases, aprobaba, sin saber cómo, llegaba a su casa sintiéndose vacío, enfermo y cansado, y se echaba a dormir.

Y así, todos los días.

Vagamente se preguntaba cómo lo aguantaba, o por qué lo hacía.

¿Sería demasiada deshonra para su familia si se quitara la vida? ¿Alguien le echaría de menos si lo hiciera?

Hyunlix | One Shots (Lixjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora