Kamal disfrutaba de escuchar a las criadas murmurar mientras se movía discretamente por los pasillos del palacio. Las voces suaves y cautelosas de las mujeres llenaban el aire, tejiendo una red de rumores y chismes que el príncipe encontraba fascinante.
—¿Escuchaste lo que pasó en el templo sagrado? —susurró una de las criadas, inclinándose hacia su compañera mientras limpiaban una estatua dorada en el corredor principal.
—Sí, no puedo creerlo. La princesa Ariana no pudo controlar a un noble borracho. ¡Qué vergüenza! —respondió la otra, su voz cargada de incredulidad y un toque de deleite malicioso.
Kamal se detuvo un momento, agudizando su oído para captar cada detalle. Desde que el incidente en el templo había ocurrido, el rumor de la incompetencia de la princesa Ariana se había extendido rápidamente por todo el palacio. El noble borracho que había interrumpido la ceremonia sagrada se había convertido en el centro de todas las conversaciones, y la incapacidad de Ariana para manejar la situación adecuadamente era el tema principal.
—Dicen que el príncipe Aiden tuvo que intervenir para salvar la situación —continuó la primera criada, bajando aún más la voz—. Si no fuera por él, todo podría haber terminado en un desastre aún mayor.
—La princesa siempre ha sido un poco...—la segunda criada hizo una pausa, buscando la palabra adecuada—. Impulsiva. Quizás no estaba preparada para una responsabilidad tan grande.
Kamal sonrió para sí mismo mientras se alejaba, disfrutando de la ironía de la situación. La figura de Ariana, quien siempre había sido una espina en el costado de muchos en la corte, ahora se veía aún más debilitada por estos rumores. La narrativa de su "incompetencia" no solo servía para desacreditarla, sino también para resaltar la capacidad y el liderazgo del príncipe Aiden, algo que no pasaba desapercibido para los oídos atentos de Kamal.
—Kamal —la voz grave y autoritaria de su hermano mayor, el príncipe Bavilo, resonó en el pasillo, sacándolo de sus pensamientos. Kamal se giró rápidamente para encontrar a Bavilo mirándolo con una mezcla de curiosidad y desaprobación—. ¿Qué haces escuchando a escondidas?
Kamal se enderezó, componiéndose con la rapidez y destreza de alguien acostumbrado a las situaciones delicadas. Una sonrisa despreocupada apareció en su rostro mientras se acercaba a Bavilo.
—Hermano, solo me deleitaba con el teatro de la vida cotidiana en el palacio. Las criadas siempre tienen historias fascinantes que contar —respondió, intentando quitarle importancia a la situación.
Bavilo frunció el ceño, claramente no impresionado por la explicación.
—Escuchar a escondidas no es propio de un príncipe, Kamal. Deberías dedicar tu tiempo a asuntos más importantes y dignos de tu posición, si madre se enterara... —dijo, su tono firme y paternalista.
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𝐊𝐈𝐍𝐆
Historical Fiction"Ellos destrozaron a mí mundo, ya es hora de que yo destruya el suyo." ➳ prohibido copias/ adaptaciones ➳créditos al autor original de las joyas de la princesa