Capítulo: 6 Nuevo empleado.

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Alguien una vez me dijo, "Los monstruos no nacen, son creados".

Ethan:

Tuve despierto toda la noche, el dolor de cabeza insoportable no me dejaba en paz. Escuche el ruido de un auto, observe por la orilla de la ventana y vi a Daphne bajarse del auto de Nick que parecía enojado porque se fue sin ni siquiera mirarla, solo me hacía una pregunta, ¿Sabia Daphne de la clase de hombre que es Nick?. Me tumbe en la cama aver si descansaba, el dolor de cabeza se me había pasado y de un momento a otro me quedé dormido.

Pesadilla:

—Ven sube a la cama mi pequeño Ethan —dijo mi padre mientras me tomaba por la cintura para acostarme —mi campeón ya está un poco pesado.

Mi padre era uno de los más grandes en Los Ángeles, era el hombre más admirable y más temido, pero en casa era un amor, era el mejor padre que cualquier otro niño pudiera desear.

—Si papi, es porque hoy me comí los vegetales de mamá —dije emocionado mientras el me cubría con las sábanas.

—Eso es mi campeón, estoy orgullosos de ti —me dio un beso en la frente —¿y si te leo el cuento del mostruo de la oscuridad?.

Es que me da miedo cuando está oscuro aqui en la habitación — me recosté en la cama con carita de pena.

—No hay porqué temerle a la oscuridad, si hay un mostruo solo está asustado porque alguien le hizo mucho daño, solo trata de entenderlo y ayúdalo a brillar para que su oscuridad desaparezca —dijo con una mano acariciando mi mejilla, se dirigio a la mesita de noche y tomo el libro para empezar a leer. Yo le di una sonrisa dulce llena de seguridad, y el empezó a leer la historia.

—Y fin —cerro el libro que habia terminado de leer, y me dio otro beso en la frente —descansa mi pequeño.

—A dios papi te quiero —dije devolviéndole el beso en la mejilla con un abrazo.

—Yo también te quiero campeón, y recuerda siempre esto, trata de entender al mostruo de la oscuridad, porque lo mostruo no nacen, son creados —dijo poniéndose de pie para marcharse.

Unas horas después me despertó un golpe, parecía provenir de abajo luego escuché unas voces, baje para ver que pasa y me quedé en mitad de las escaleras agachandome para que nadie me viera, hay estaba mi papá discutiendo con dos hombres, uno parecía mayor y el otro era un poco más joven.

—¿Porque carajos nos hiciste eso Matteo? —le grito uno de los hombres a mi papá.

—No se de que me hablas Aron —respondió mi papá. Esta firme allí parado, como un pedazo de piedra, no se observaba ninguna expresión en su rostro más que frialdad.

—Teníamos un trato, yo te daba toda la mercancía y tu me dabas el dinero suficiente para que mi empresa no se fuera a la ruina —grito aquel hombre agresivamente. La noche estaba fría y un poco oscura, mis pelos se pusieron de punta y mis manitos empezaron a temblar, estaba asustado.

—No tengo culpa de que estés en la quiebra, retire el dinero porque sospechaba que la mercancía era falsa, además ya habían rumores —dijo mi papá acercándose a ese hombre cara a cara como si lo estuviera retando, como si fuera a devorarlo.

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