C7| La reu de Farfán

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"Eres una estrella en mi auto que da tranquilidad en mis peores momentos"

Carlos se quedó en silencio, su corazón latiendo con fuerza mientras conducía. La tensión en el aire era tensa, pero las palabras se le atragantaban en la garganta. Finalmente, llegaron a la casa de Luis, y estacionó el auto frente a la entrada.

Luis abrió la puerta del auto y salió, estirándose un poco después del viaje. Carlos también salió del coche, sintiendo que al menos debía despedirse adecuadamente.

—Bueno, nos vemos luego —dijo Luis, esbozando una sonrisa que trataba de ser casual, pero que denotaba cierta incomodidad.

Carlos asintió, pero en un impulso nervioso y confundido, dada por la costumbre de despedirse de su hija de esa manera, se inclinó hacia Luis y le dio un beso en la mejilla. El gesto fue automático, un reflejo de sus sentimientos más profundos, aunque no del todo consciente.

Luis se quedó petrificado, sus ojos muy abiertos por aquel gesto, mientras su rostro se teñía de un rojo intenso. El aire se volvió más denso en ese instante, y el tiempo pareció detenerse.

—Perdón, perdón, no sé en qué estaba pensando, soy un huevón —se disculpó Carlos rápidamente, retrocediendo un paso y sintiéndose mortificado por su error.

Luis, todavía sorprendido, llevó una mano a la mejilla besada, como si no pudiera creer lo que acababa de ocurrir. Finalmente, una pequeña sonrisa nerviosa apareció en sus labios.

—Eh, no, no pasa nada Car...Carlos, todo pasa —respondió, aunque su voz traicionaba un ligero temblor.

Él asintió, todavía sintiéndose incómodo. Ambos se miraron durante unos segundos, un momento cargado de una nueva e inesperada tensión. La incomodidad del momento dejó claro que algo había cambiado entre ellos, aunque ninguno de los dos estaba seguro de qué significaba exactamente.

—Hasta luego, Luis  —dijo finalmente antes de darse la vuelta y dirigirse de nuevo al auto.

Luis lo observó irse, con una mezcla de confusión y una nueva conciencia de los sentimientos que podían estar ocultos bajo la superficie de su amistad. Mientras Carlos se alejaba, ambos sabían que algo había cambiado, aunque ninguno de los dos estaba seguro de qué vendría después.

En su camino de regreso, Zambrano estuvo insultándose a sí mismo de haber hecho eso, no podía decir que se le vino a la cabeza para darle un beso a Luis, al menos agradeció haber sido en el cachete, pues no hubiese sido tan memorable un beso en la boca.

Días más tarde...

El Káiser descansaba en su sofá viendo una película de horror. Los días habían transcurrido rápidamente después de su error con Luis, aunque ya no le importaba demasiado la reacción de Abram. De pronto, una llamada en su celular lo interrumpió de la trama del filme. Era Jefferson otra vez.

—Mano, ¿qué tal después de años? —dijo el moreno comenzando la llamada.

Zambrano solo tenía en mente el favor que le debía tras lo que le había pedido hace días.

—Bien, todo normal en mi casa, pero me debes un favor —recalcó Carlos en un tono un poco serio.

—Sí, no creas que me he olvidado. Por eso te digo que mañana haré una reunión en mi casa —respondió Farfán.

—Espera, ¿será reunión? Porque luego me aparece que es un tono en toda tu house —dijo Zambrano.

—Sí, sí, solo reunión tú, yo y otras personas —dijo Jefferson con un sonido peculiar en su voz.

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⏰ Última actualización: Jun 04 ⏰

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Introvertido | Carlos Zambrano X Luis AbramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora