Lee Namra tiene una misión, descifrar si el sospechoso del caso es culpable o si sólo es un empresario.
Shi Oh tiene otra misión, vengarse.
Ambos sin saber esto del otro. El se casa pensando que es una chica ingenua y ella se casa pensando en arre...
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Nam Ra
—— ...¿Y qué pasa si no elijo? ¿Qué pasa si encuentro la manera de detenerte? — el sonríe de nuevo —
—— Eso no va a pasar, Nam Ra. Pero te diré, lo que pasará por si acaso...lanzaré yo mismo a Yoon Gi desde lo más alto.
Un segundo...
Estuve apunto de rendirme con el, pero mi di cuenta...
Shi Oh odia las alturas...también ama con locura a Yoon Gi...sabe que mi sobrino es inocente en todo...
Lo ama como a un hijo
No le haría nada... Solo me miente porque está molesto...solo debo ablandar su corazón para que se detenga...solo está herido...
Pero hay otra posibilidad... Pudo haberme mentido con esto también y estar ahora hablando en serio...
Pero iba a arriesgarme una última vez. Por nuestro amor...por lo que vivimos y por nuestra familia...
—— ¿Solo una hora? Bien, eso haré. Si en una hora no bebo ni una sola gota de agua... tú pagarás por todos tus crimines... Solo tengo que superar esta tontería.
—— Muy bien. Entonces, ¿qué estás esperando? Tómala, Nam Soon...la mayor tortura para alguien que muere de sed, es tener lo que lo saciará y no poder hacer nada...tienes solo una hora...
—— Nam Soon... — Ella me mira — No lo hagas... — ella no me escuchó...la tomó y lo miró molesta mientras que el comenzaba a sonreír muy macabro — ¡Nam Soon! — ella comenzó a sentir el efecto y cayó al suelo llevando sus manos a su pecho sin poder respirar — ¡Nam Soon! — la mencionada se quejaba en voz alta de dolor. Shi Oh suspiró mirando a su alrededor—
—— Eso que tomaste te matará en una hora... Tanta sed hará que tu corazón explote. Tú y tu madre Mongola morirán...— corrí hacia la caja y la tomé. Me levanté ganándome su atención. Tenía la caja en las manos pensándolo en si hacerlo o no — ¿qué crees que haces, Nam Ra?
—— Debo buscar la manera en cómo detenerte... — mis ojos se inundaron de lágrimas mientras que negaba con la cabeza. No quería hacerlo —
—— Nam Ra...suelta eso... — me advierte — No me importará si la tomas.
—— Entonces déjame hacerlo... — los gritos de Nam Soon y quejidos me estaban desesperando y la culpa me estaba comiendo viva —
—— ¿Estás loca? ¡Suelta eso! — retrocedí y miré a Nam Soon. Me quedé pensando en Shi Ra. ¿Esto podría matarla? Shi Oh estaba ya delante de mí. Me arrebató la caja y la lanzó tomando mi muñeca — ¿En qué estás pensando? — solté lágrimas negando —
