Bill
1:56 p.m.Claro. Todo tenía que pasarme a mi. A Bill Kaulitz. –¡Mierda, te he dicho que no se lo dijeras! No te costaba nada cerrar la boca, idiota.—Dije mirando a mi amigo con una mirada furiosa. Le había dicho a la chica que le gustaba.. ¡Quien me gustaba a mi. JODER!
—Bill, yo..—Lo fulmine con la mirada.— Cállate Gustav. Sabes muy bien que ella.. se lo dirá. Le dirá a Tom que yo gusto de él.— me senté en la banca poniendo mis codos sobre mis rodillas y mi rostro entre mis manos.–¡Vamos, Bill! No se lo dirá.. Bueno, eso espero.— Iba a llorar, lo haría. Lloré.— Yo.. él no puede saberlo.. ¡Dirán que soy gay! — Gustav me miró extrañado.— Bueno.. espera, ¿No lo eres? si te gusta Tom, pues lo eres. ¿No?– Limpie mis lágrimas y lo mire.
— Pues sí.. ¡Cállate! — Y lloré más.
–Bill, hablaré con Lorean. Ella.. dijo que no diría nada, espero no lo haya hecho. Iré a por ella de igual forma. Luego te hablo amigo, nos vemos.– Dió una palmada a mi hombro y se fue sin más, directo al edificio.
Esperaba que esa Lorean no haya dicho nada. Gustav sabía qué él, Tom. Era amigo de su ligue, Lorean. Y aún así dijo algo tan privado mío. Que agradezca que no lo maté.. por el momento. Si alguien más se entera, mato a Gustav y luego me mato yo.
¿Y por qué Lorean preguntaba eso? Mhm..
Tom, Tom Kaulitz. Ese chico el cuál conocía hace.. ¿Dos años? No lo sé.. no recuerdo bien, pero el momento en el que lo ví me flecho. Era hermoso, su rostro, su boca con ese piercing, su nariz respingada. Su piel blanca y aquél estilo.. Dios, me puse duro de sólo verlo esa primera vez.
Nunca había visto un hombre con facciones tan... ¡Tan perfectas! Nunca me había gustado mucho eso de las rastas, pero, a él le quedaban tan bien y la tenía tan cuidadas. Uff, es precioso sin duda.
Él no me conocía. Bueno, tal vez me ha visto por allí ¿Será que alguna vez me a visto? Pues no lo sé, yo lo veo todo el tiempo.
Lo que sabía de él era su edad y su nombre completo. Oh, bueno.
También su dirección, cuántas novias a tenido, de sus amigos, su color favorito.. Bueno, esta bien. Estoy un poco obsesionado con él. ¿Pero quién no lo estaría? Parece un ángel.
Por lo que sabía tenía dieciocho, yo dieciséis. Dah, pero que tiene? Igual me gustan mayores, él no es la excepción. Aparte de que tampoco es mucha la diferencia. Me encanta.
– ¡Al fin en casa! – Grité y me tire a mi cama. Tenía que hablar con Gustav..
¿Habrá hablado con Lorean? Busque mi móvil en mi bolso y marqué su número.
Contesto.– ¡Gustaaaaav! ¿Lo has hecho? ¿Has hablado con Lorean? – No respondió.– ¿Gus? – Escuche un suspiro al otro lado de la línea.– Bill, se lo ha dicho.. Lo negó, pero ahora todos.. – Mi mundo se detuvo. ¿Qué? Maldita perra, ¡Hija de puta! ¿¡Ahora todo el mundo se le soltaba la cerradura de la boca o qué!? Mierda, mierda. Si todos lo saben.. — Él lo sabe..— Dios mío, Dios mío.
– ¡Cuando te vea te arranco la cabeza, hijo de puta! — Le grite a Gustav y le colgué. ¿Que iba a hacer? Me dirán de todo, la gente es más homofóbica de lo que parece, y en la escuela.. ¡Dios!
No quiero volver. No puedo imaginar ni ver a Tom a la cara, seguro que me tendrá asco y.. ¿se burlara de mi? Ouh, no creo que Tom... No. Él no es así, hasta donde yo lo conozco no es homofóbico.¿Pero que diran los demás?
Gustav me ha metido en tremendo lío. Y yo que confíe en él, que tonto que soy. Bueno, igual yo también he sido muy sapito, ¡Pero el cruzó la raya! Yo no diría nada si el fuera gay. O.. un narco, que se yo, pero igual no lo diría.