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(Pov Ruby)
Hoy es un día como ningún otro. Es el cumpleaños de mi madre, y yo había dado la orden de que la trajeran a la parcela para celebrarlo. Sin embargo, la situación es complicada debido a la constante vigilancia de la policía en la zona. Ahora me encuentro, demasiado temprano, reunida con todos mis hombres de confianza: Jungkook, Bangchan, Minho, Sehun, Yoongi y algunos otros.
Lo que estamos planeando hacer es extremadamente arriesgado. La tensión en el ambiente es palpable mientras discutimos los detalles de nuestra operación. Yoongi, con su usual calma y precisión, será el encargado de gestionar la entrada al pueblo, la cual está invadida de policías según los informes más recientes.
Estoy muy estresada en estos momentos. Las posibilidades de que algo salga mal son altas, y la idea de que mi madre pueda quedar atrapada en medio de una redada policial me aterra. Cada decisión debe ser milimétricamente calculada, y no hay margen para errores.
Jungkook y Bangchan están revisando las rutas de escape, analizando mapas y trazando posibles desvíos en caso de emergencia. Sehun y Minho, con su aguda inteligencia, está coordinando la vigilancia y el monitoreo de las comunicaciones policiales para anticipar cualquier movimiento. Mientras tanto, Yoongi, siempre confiable, está afinando los detalles de la entrada, asegurándose de que mis hombres estén listos para cualquier eventualidad.
A medida que avanzamos con los planes, mi mente no puede evitar divagar hacia los recuerdos de cumpleaños pasados, mucho más simples y felices. Pero rápidamente me obligo a volver al presente. Cada minuto cuenta y no puedo permitirme distracciones.
Miro a mis hombres, confiando en sus habilidades y lealtad, y les doy las últimas instrucciones. Sé que estamos preparados, pero la ansiedad no desaparece. Mi madre merece un cumpleaños especial, y haré todo lo posible para que este día sea seguro y memorable, a pesar de los peligros que enfrentamos.
Minho dio la orden con firmeza, su voz resonando con autoridad en el lugar ─Jefa, ya todo está listo para irnos! Es crucial que nos movamos antes de que más policías bloqueen la vía principal. ¡Así que, chicos, moviéndonos, moviéndonos!─ Sin perder un segundo, todos comenzaron a seguirlo, pero algo me inquietaba: no veía a Lisa por ninguna parte.
─Ustedes encarguense de encontrar a las niñas y subanlas a las camionetas─ ordené con determinación, y los demás obedecieron sin cuestionar. Mientras ellos se apresuraban a cumplir la tarea, me dirigí hacia la cocina, luego a las habitaciones, con el corazón latiendo con fuerza. Cuando finalmente llegué a la última habitación, ahí estaba Lisa, dormida profundamente, su rostro relajado y sereno.
Me acerqué a ella con cautela, tratando de no hacer ruido al principio, pero luego la moví suavemente para despertarla. Lisa se veía increíblemente hermosa recién despierta, sus ojos aún entrecerrados por el sueño mientras me miraba con una mezcla de confusión y ternura. ─¿Qué pasa?─ murmuró, su voz adormilada.
─Es hora de irnos─ le dije con suavidad, pero con la autoridad clara en mi tono ─Nos dirigimos a la casa de mi madre─
Lisa soltó un leve suspiro, girándose un poco en la cama ─¿Y por qué no me dejas aquí? Tengo sueño─ respondió con un deje de pereza, volviendo a cerrar los ojos.
La miré con una mezcla de incredulidad y diversión, antes de recordarle la situación en la que se encuentra. ─¿Se te olvida que eres un rehén?─
Mis palabras parecieron hacerle caer en la cuenta, y aunque no estaba completamente despierta, sabía que no había opción.
─Buen punto.
Lisa me miró con una sonrisa arrogante y desafiante, sus ojos brillando con ese aire juguetón que solía sacar de quicio ─Pero no me quiero mover, así que tendrás que dejarme aquí─ dijo con una sonrisa que claramente esperaba que funcionara a su favor.
Mi paciencia, ya limitada por la presión del momento, se rompió ─¡Lalisa Manobal, no estoy para tus juegos!─ le grité, mi voz cargada de rabia ─¡Estamos contra el reloj antes de que ese montón de estúpidos policías lleguen aquí!─ Mis dientes rechinaban de la frustración, tratando de contenerme.
Lisa simplemente me miró, sin un rastro de preocupación en su rostro ─Así que no quieres hacer caso...─ murmuré con la voz entrecortada por la ira mientras sacaba mi pistola de bolsillo y la apuntaba directamente hacia ella. Sin embargo, ni siquiera eso pareció afectarla. Al contrario, me miró con una mezcla de aburrimiento y desafío. "Si disparas, la que pierde eres tú," dijo antes de bostezar, como si estuviera completamente ajena a la seriedad de la situación.
─¿Estás jugando conmigo? ¿Con la líder de lo-. ─ Empecé a decir, pero Lisa, con una mueca burlona, terminó la frase por mí ─Con la líder de los kkangpae─ Esa maldita estaba agotando mi paciencia.
Sin más advertencias, con un movimiento rápido y decidido, la tomé de la cintura y la levanté sobre mi hombro. Lisa apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando le di una fuerte nalgada, lo que provocó un quejido de su parte. Aunque me quejara, sabía que en el fondo disfrutaba de estas provocaciones. Pero para mí, esto era un juego peligroso y no había tiempo para jugar.
─Si te digo que nos vamos, nos vamos─ le espeté, mientras ella comenzaba a forcejear, tratando de liberarse. ─¡Suéltame! ¡Yo sé caminar, idiota!─ gritó, luchando contra mi agarre, pero en medio de su resistencia, perdió el equilibrio y cayó al suelo, golpeándose con fuerza.
─Te odio, Ruby─ murmuró, haciendo un puchero mientras se sobaba el lugar del golpe.
La ignoré, controlando mi frustración ─Sí, ya vámonos─dije con frialdad, sin esperar más respuestas, y salí de la habitación, dejando a Lisa seguirme o quedarse. Pero sabía que al final, ella no tenía más opción que seguirme, tanto si le gustaba como si no.
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Cuando todo estuvo listo, nos montamos en las camionetas. Vivían, con su curiosidad innata, me preguntó.
—¿Mami, a dónde vamos?
—Vamos a donde abuelita, corazón—respondí, mientras le apretaba las cachetes con cariño.
Lisa, todavía adormilada y sintiendo un poco de frío, llevaba puesto un buzo que, no voy a mentir, se le veía adorable. Sullyoon la llamó.
—¡Lisa, ven!
En un instante, la expresión de Lisa cambió. Yo seguía ocupada acomodando a Vivian, revisando algunas armas, e incluso puse una de juguete a su lado, para que se sintiera un poco más cómoda. En la camioneta iban Vivian, Yeji, Yuna, yo y Minho al volante. En la otra, Sullyoon, Hyein, Lisa y Bangchan estaban al mando. Además, había otras camionetas llenas de mis hombres.
Era hora de irnos. Cuando Lisa se dirigía hacia la camioneta de atrás, me acerqué y la detuve. Con un gesto suave, acomodé un mechón de cabello detrás de su oreja y le sonreí de manera coqueta. El rubor en sus mejillas fue instantáneo, y me encantó ver cómo se sonrojaba y se enojaba al mismo tiempo.
Desde el asiento de la camioneta, pude escuchar los "uuuuy" emocionados de mis hijas. La situación estaba cargada de diversión y complicidad, y no pude evitar disfrutar del momento.
Ahora sí, era hora de irnos.
Nada iba a salir mal verdad.
¿Verdad?
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Kkangpae- Jenlisa (G¡P)
FanfictionQuién hubiera imaginado que la mafiosa más temida de todo un continente se vería postrada de rodillas debido a una joven que apenas conocía. -Mami¡, podemos quedarnosla¡? -P-pero tengo que volver a mis clases¡