SIPNOSIS
Cuando llegue a Sparks un pueblo ubicado en irlanda creí que podría quedarme, comencé a tener amigos, la gente a mi alrededor me conocía, eran amables, también me enamore por primera vez, algo que no entendía muy bien porque no tuve quien m...
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CAPITULO 50
ARTEMISA
La adrenalina fluye en mi cuerpo, pero aun así no soy capaz de entender como conduzco hasta el ruido, adentrándome en un conflicto que mi sola presencia causo, no son unos santos ni yo lo soy, se que hay razones para que sean perseguidos por mi padre, el lugar que tanto me gustaba esta sumido en un miedo, la gente a cerrado sus puertas, el silencio de su ausencia brilla como un faro.
Un lugar que resalta por su movimiento, las risas de las personas en los restaurantes, los niños corriendo con sus padres después de un día largo de trabajo, muchos viajan a la capital y regresan a una paz no silenciosa, pero si armoniosa, pero ahora no hay nada más que el miedo.
A mi padre no le importa la gente como ellos, son un daño colateral que es necesario si quiere dejar su huella en el mundo, por como estoy no hay mucho que pueda hacer, lo único que queda es robar esa información y huir, correr tan lejos como pueda, colocándome una diana enorme en la espalda, jugar al juego del gato y el ratón, tentar a su diversión.
Respirar arde, es una sensación asfixiante, se muy bien que Joshua se liberara, todos en el club tiene un entrenamiento bastante bueno, los he visto abrir cualquier cerradura, salir de situaciones peligrosas, giro el volante hacia la entrada de una casa a unos cuantos metros, una detonación quiebra el vidrio trasero, me agacho sin omitir ningún ruido, tragando el gemido de dolor que me hace sangrar los labios de la fuerza que ejerzo sobre ellos.
El que solo sea uno me dice que fue una bala perdida, no estoy tan cerca para ser notada, pero si lo suficientemente para ser notada si hago demasiado alboroto, coloque algunas compresas sobre las heridas importantes, solo para lograr caminar sin ser un acto demasiado esperanzado, mi muñeca rota es lo que me preocupa, el Angulo no es el correcto, la sangre no fluye, necesito colocarla en su lugar y seguir.
Abro la puerta descendiendo de manera encorvada, cubriéndome con la oscuridad, no me preocupo en cerrar la puerta rodeo el auto, buscando alguna manera de acceder a la casa, rogando porque no haya nadie, recuerdo quien vive aquí una familia que apenas a logrado ser padres, adoptaron a un par de hermanos, el corazón que tienen es tan grande que nunca pensaron en separarlos, lucharon por mantenerlos juntos, aferrándose, desde que se miraron supieron exactamente que ya eran una familia solo tenían que luchar un poco más.
Hay tantas historias, que a simple vista no parecen llamarte la atención, pero si escuchas con atención veras lo difíciles que han sido, super que se irían a la ciudad para una última revisión del papeleo, unas cuantas firmas y autorizaciones, entonces ni la ley podría separarlos, la puerta trasera esta ligeramente abierta, los vellos de la espalda se me erizan aun cuando el viendo no choca contra mi piel, algo no esta bien, entonces soy mas cuidadosa con mis pasos.
Sujeto la unión de la mosquitera con la puerta, si rechina podría alertar a cualquiera haya adentro, empujo con mi hombro haciendo un espacio para entrar, mi palma arde, pero no cedo, la cocina me recibe, oscura solo iluminada por la luna, sobre la cubierta los utensilios esparcidos, los cajones abiertos.
