La noche siempre era calmada, algo fría y silenciosa, no había mucho tráfico y las calles en su mayoría se mantenían en un ritmo lento y constante.
Puede decir con certeza que esa parte de la ciudad era la mejor, no solo por su tranquilidad, sino también por la seguridad que manejaba el vecindario. Aunque claro, eso se esperaba al ser un barrio privado.
Pronto esa tranquilidad se pierde al escucharse ligeros golpeteos en la zona significando que una lluvia pequeña ha llegado. Pero eso, junto al sonido de la tele reproduciéndose, pasan a segundo plano, ya no son perceptibles para él.
No cuando toda su atención la acapara el cuerpo delante suyo, cuyo estado aperlado por el sudor responde a cada toque, a cada gesto, a cada golpe. Pero lo que más disfruta de la vista es el rostro frente a él, caótico a comparación de otros días, con sus mechones pegados, piel sonrosada, respiración agitada y una mano que cubre sus labios para así evitar la salida de algún sonido obsceno.
Y aunque quiere escucharlo, y desea hacerlo, sabe que no deben hacer ruido.
Después de todo, no están solos.
Pero, Dios, disfrutaba llevar al máximo a su acompañante.
Sus manos se movilizan por todo su cuerpo, serpenteando y generando un jadeo tímido al pasar.
La noche de películas no sucede con regularidad, a veces las películas eran antiguas, otras veces actuales, independientemente de qué género sea, nunca se pierde una de ellas. Más cuando el verdadero entretenimiento sucedía después de que todos se iban a dormir.
Leves toques y discretos acercamientos, eso era lo que iniciaba aquella diversión. Sin necesidad de palabras cuando las acciones decían lo suficiente.
Cuando con un simple intercambio de miradas era suficiente.
Intenta quitar la mano que se interpone entre la tentación de sus labios, el híbrido se rehúsa aplicando fuerza para impedirlo, aunque poco le dura la fuerza del agarre cuando otra embestida llega.
El ente se acerca, acaparando la atención del oso y tomando posesión de la tentación. El beso es fogoso, dejando a un lado lo dulce siendo completamente rudo, posesivo, queriendo más como si nunca tuviera suficiente. Termina rompiendo el beso por simple juego, pues así deja a su contrincante desorientado.
Le encanta, le fascina, más al escuchar como los suaves gemidos del oso parecen subir su volumen con cada embestida, así como también observa que araña las almohadas y esquinas del sofá por el placer que recibe.
Shadoune preferiría que fuese a él que lo arañara, pues así no dejaría evidencia de lo que ha pasado, pero no lo culpa, después de todo, él no le ha dado siquiera un respiro para pensar.
Continúa siendo constante con sus embestidas, observando como el oso se derrite por cada una. Pero algo cambia, lo siente cuando en una de esas la respuesta que su acompañante da es un gemido sonoro, demasiado audible que sorprende a ambos.
El oso levanta su torso, sosteniéndose con ambos antebrazos por la sorpresa de lo que ha salido de su boca. Su mirada es una negativa, le exige, casi suplicando con sus preciosos ojos amatista que no haga ninguna tontería.
Muy tarde, porque el ente no lo piensa y sonríe en respuesta, importándole poco la amenaza en su mirada. Dispuesto a llevarlo al límite en esta última ronda.
Es entonces que sujeta al híbrido de sus caderas y vuelve a entrar de manera profunda, dando como resultado el mismo gemido, siendo cortado inmediatamente por el hibrido.
Empieza a marcar un ritmo en cada estocada y las respuestas que recibe son malditamente buenas, ahora sí el híbrido es un desastre.
No obstante, aún se puede mejorar. Libera sus manos del agarre, observando la marca que ha dejado en su piel pálida, para luego con una sujetar la parte interna del muslo de su pierna y elevarla para darle un mayor acceso a su interior, haciendo más profundo cada embestida y tocando el punto con mayor exactitud. Al mismo tiempo que con la mano libre estimula el ya adolorido miembro de su acompañante.
Ahora sí era completamente un caos, y solo disfruta escuchar como el híbrido deja salir pequeños gemidos junto a varios insultos hacia su persona.
La excitación de ambos a este punto estaba a un nivel que no sabían que podían llegar, sumándole al hecho que en cualquier momento podrían descubrirlos, y, en vez de preocuparse, más les excitaba la situación.
Jamás imaginó verse en una situación así de grandiosa, y menos con esta persona con la que ha tenido roces en cuanto a personalidad. Ahora era casi imposible reconocer a esa persona altanera en el ser delante de él que se ha entregado al placer.
Su rostro rojizo, lágrimas asomándose por las orillas de sus ojos, partes discretas de su piel pálida llenas de marcas, intentando sostenerse por si solo con sus brazos, enterrando sus uñas en el sillón y gimiendo su nombre aun si es con insultos.
Spreen es una obra maestra, su obra maestra.
No falta mucho para que ambos lleguen al punto final del clímax. Sigue estimulando el miembro de su compañero, al mismo tiempo que se va acercado hacia su rostro.
—Je t'aime —susurra suavemente a su oído.
Una pronunciación suave que fluye con el viento. Y aunque sabía bien que él no lo escucharía por la cantidad de emociones que lo abruman, se sintió bien expresarlo abiertamente.
Mas es sorprendido al ser sujetado por el cuello, el oso envuelve sus brazos alrededor de ello y acorta la distancia entra sus rostros. Dejando así un suave beso, uno diferente al del inicio. Esta vez es compasivo, tierno, inocente.
Y es allí donde ambos por fin se liberan, corriéndose al mismo tiempo, uno sobre su estómago y otro sobre el preservativo.
El beso termina y observa como el híbrido de oso se desploma completamente en el sofá, entonces él solo sale del interior del oso, otorgándole un ligero jadeo por parte de él.
—Sos un pelotudo.
Fue lo primero que mencionó después de unos minutos de espera. El ente solo responde con una ligera risa y se levanta del lugar, luego de unos momentos vuelve teniendo en su mano papel, toallitas húmedas, y otras cosas.
El oso lo mira con detenimiento mientras él se dedica a limpiar su semilla esparcida sobre su estómago, haciéndolo con una delicadeza que es disfrutable e incluso adormecedora.
La noche termina en el ente finalizando de limpiar el sofá con un Spreen mirando el televisor, apagándolo cuando ha terminado. Después tuvo que llevar a este mismo a su cuarto por obvias razones, y finalmente él vuelve a su recámara para poder dormir, pues al final si terminó cansado después de todo lo sucedido.
Definitivamente, las mejores noches son cuando es noche de películas.
---
Espero que les haya gustado, alch no me gustó mucho el resultado, pero ya me leí la mayoría de las historias buenas de este ship que, pus, toco dar de mi parte.
Aparte, tengo un perro documento de historias de este ship que están inconclusas porque estoy bien pendeja y no le sé a las historias chidas.
Pero bueno, si me lo llegan a bajar, me mat0.
ESTÁS LEYENDO
Movie -Shadreen
FanfictionShadreen|| Una película es una excusa para la verdadera diversión. ♦ ADVERTENCIA ♦ •Contenido sexual y explícito. •Se habla de cubitos, NO de CC. •La historia se eliminará en caso de que sea mandada a uno de los implicados