Por fin era su día libre, tenía planeado dormir todo el maldito día y si era necesario, levantarse de madrugada para poner algún disco de Queen y comer sopa instantánea, tal vez después haría un maratón de películas de barbie o de terror.
Crowley estaba listo para sumergirse en su suave colchón y dormir hasta que los cerdos volasen, iba a cerrar sus ojos ámbar hasta que una reina del drama y de las moscas tuvo que citar a Crowley a almorzar con un peculiar mensaje.
Beelz
Crowley, te pido que me acompañes a nutrirnos de una excelente cena
en el restaurante "Noss Mangiare" es de suma urgencia notificarle
una importante noticia que cambiará mi futuro a bien.Nos vemos allá mi fiel amigo, gracias por tu lectura
Atentamente: tu queridísima amiga Beelzebub Devail...
Crowley quedó bastante atónito al leer ese mensaje, su amiga no escribiría tan formalmente ni para citar al presidente de EE.UU a cenar, además ¿por qué destacaría la palabra "amiga"? es decir, claro que Beelz quería a Crowley pero cada vez que él o cualquier persona osaba a llamarla amiga, ella misma era capaz de poner la lengua de quien lo dijo en una puerta y cerrarla, en fin, Crow tenía sospechas de quién era el verdadero autor del mensaje pero se lo preguntaría a Beelz en persona y aprovecharia de comer gratis, claro.
Se quitó el tan cómodo pijama y se colocó su ropa casual, se puso una prenda negra de tirantes y encima una camisa gris oscura, completó su conjunto con unos jeans, tambien negros, acomodó un poco su corta cabellera rojiza, pronto tendria que cortarla otra vez, tomo sus lentes de sol y salio del departamento.
En Londres era Mayo, plena primavera, por lo que Crowley arremangó su camisa hasta sus codos, no hacía nada de frío. Tomó su amado Bentley y llegó al restaurante en un abrir y cerrar de ojos, fue a la entrada y se encontró con un hombre alto, vestido de traje y con un gracioso bigote blanco.
-Buenas tardes joven ¿Dispone usted de una reserva?- Entonó el portero con un peculiar acento.
Crowley titubeó y dijo - ¿Está acá Beelzebub Devail? soy su invitado- formó una gran sonrisa en la cual se pudieron divisar sus caninos. El Señor no movió ni un músculo, ignoró por completo al pelirrojo.
Crowley bostezó e invadió el espacio personal del guardia, se quitó las gafas y adoptó un semblante serio -¿dije Beelzebub Devail? me disculpo, quise decir Gabriel Angé, el prometido de Beelzebub Devail, él me invitó- la cara del hombre cambió completamente, la mirada color ámbar del pelirrojo lo invadió de miedo y a decir verdad, Gabriel Angé era un hombre de poder, cualquiera se intimida al escucharlo. El don solo se movió hacia el lado y dejó pasar a Crowley.
El pelirrojo se colocó las gafas y entró victorioso, divisó la mesa donde se encontraba su amiga y se dirigió a esta con su característica caminata.
-¿Qué mierda era ese mensaje?- le dijo con una mueca divertida.
-Hola a ti también Crowley, gracias por tu preocupación-.
-Hola Beelz... ¿Qué mierda con ese mensaje?- se corrigió el oji ambar.
-Tu no cambias, demonio ¿que mensaje?-
-Pues ese me mandaste para invitarme-
-Ah, no lo sé, le pedí a Gabriel que lo escribiera ¿tan mal lo hizo?-
-¡Lo sabía! y si, es como si un bebede la realeza al cual lo alimentan solo con té lo hubiera escrito.
Su amiga soltó una carcajada y en eso llegó el mesero con los menús, cada quien eligió lo suyo y siguieron con la conversación. Tal mesero llegó de nuevo pero, esta vez, con dos copas de vino en la bandeja, los dos diablillos sonrieron al probar el alcohol, sin embargo, la cara de Beelz se volvió un tanto más seria.
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Hopelessly devoted to you | Good omens
RomansaAnthony J. Crowley es un hombre de clase media, con sueños frustrados que trabaja como taxista en el día y como bartender en la noche. Beelzebub Devail, su mal fiel compañera de copas y la peor consejera de todo el Soho Londinense consiguió tener co...