1- 𝒮eñor alfa.

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Disclaimer: Este capítulo contiene material 
que puede resultar sensible para algunas personas
se pide amablemente la discreción del lector. 

"Omega, omega, omega..."

Era lo único que, no solo su lobo, sino todo su ser gritaba en esos momentos.

Se arrastraba como podía por la desolada calle, tenía que comprar supresores lo antes posible, antes de perder del todo la razón.

Le era imposible creer que su celo le hubiera tomado por completa sorpresa.

Su vista se nublaba. Los aullidos de su lobo empezaban a robarle la razón. Era raro, su lobo nunca hacía esas cosas, ni siquiera cuando se acercaba su celo. Por lo mismo solía mantenerlo bien consentido, para evitar ese tipo de problemas.

Una ráfaga de aire golpeó su rostro, pero, ni el viento gélido y la nieve derritiéndose sobre su cabeza lograban bajar el calor creciente de su cuerpo.

Se alegró un poco cuando distinguió una sombra que se dirigía a él y tan pronto estuvo cerca suyo lo tomó con fuerza del brazo.

—¿Señor?

Era sin duda la voz de un hombre maduro, aunque su muñeca le pareció demasiado delgada ¿Un omega? ¿Su salvación?

Lo acercó a su cuerpo con rudeza y aspiró con fuerza en busca de alguna feromona que lograse calmarlo, aunque fuera un poco.

Era un aroma tenue, tan frágil como el cuerpo que sostenía entre sus brazos, que casi parecía, se lo estuviera imaginando.

—¿Es un alfa cierto? ¿está borracho?

—Ce-celo— Alcanzó a decir con lo poco de cordura que le quedaba.

—Oh... ¡Oh!— Exclamó la persona, como terminando de entender la gravedad del asunto —Llamaré un taxi para llevarlo a un hospital.

Al escuchar de aquel horrible lugar gruñó y apretó su abrazo.

—No, no hospitales, sup...— Pero la energía que estaba usando para mantenerse racional termino por agotarse y solo sintió que su cuerpo se desplomaba al suelo.

El dolor punzante en su pierna lo despertó en medio de un quejido

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El dolor punzante en su pierna lo despertó en medio de un quejido. Vio en dirección de su molestia y desencajo la inyección de su muslo. Trató de recuperar el aliento por la sorpresa de su despertar y rodó la mirada por el nuevo espacio donde se encontraba. Estaba dentro de un auto desconocido en alguna área verde, de esas que se encontraban algo lejos de la ciudad. Quizás debía empezar a preocuparse. La voz grave que escuchó a su lado no ayudó a tranquilizarlo. 

—Oh, lo siento, estaba entrando en pánico, su respiración era demasiado agitada y hice lo primero que se me ocurrió.

Su visión se aclaró un poco y se dio cuenta que el automóvil estaba lleno de sus feromonas. Aún estaba oscuro y su cuerpo dolía como si hubiera entrenado por días.

Omega a medias [Hyunlix] (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora