Lee Namra tiene una misión, descifrar si el sospechoso del caso es culpable o si sólo es un empresario.
Shi Oh tiene otra misión, vengarse.
Ambos sin saber esto del otro. El se casa pensando que es una chica ingenua y ella se casa pensando en arre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Shi Oh
—— ¿Ya viene de camino? — me pregunta la señora Kang mientras que acelero con rapidez —
—— Si.
—— El doctor nos está esperando.
—— ¡Eso ya lo sé! — colgué y frené en una calle vacía y tranquila. Me bajé de el auto para ir hacia ella y ver si aún estaba bien. —
Ya había apartado eso de su cuerpo y puesto un pañuelo para detener la sangre.
—— Nam Ra... Nam Ra... — no abría los ojos sin importar cuanto la sacudiera o le hablara —
La observo y reviso acercándome a ella, no siento su aliento. Ya no respiraba. La miro asustado y la sacudo pensando que todo esto no estaba pasando.
—— ¿Nam Ra? ¡Nam Ra! — ni siquiera se movía de no ser por mi —
Estaba muerta
La acosté e hice presión con su pecho tratando de traerla de vuelta conmigo, pero ella no reaccionaba. Con fuerza continuaba haciendo presión, pero nada funcionaba. No estaba dispuesto a detenerme. Empujaba mis manos contra su pecho con fuerza, pero todo esto fue en vano. No abría los ojos o respiraba.
La había perdido...
Sentí la desesperación elevarse, las lágrimas salen sin que pueda yo impedirlo... la levanto y la abrazo con fuerza negando.
—— Perdóname...por favor, te lo suplico...perdóname... — cerré mis ojos aferrándome con fuerza a ella. No puede ser. Está muerta. La perdí — Nam Ra...Por favor, regresa a mi...No soy nada sin ti... Por favor...no te vayas... Por favor...resiste...quédate conmigo... — tomo su mano y la siento fría — Quédate...por favor...quédate conmigo...quédate...
La alejé mirando su rostro, ya no brillaba, estaba apagado y estaba dispuesto a morir con tan solo una última vez de ver sus ojos abrirse y brillar de nuevo. Sus mejillas enrojecerse cuando está nerviosa, su nariz arrugarse cuando está feliz, su hermosa sonrisa cuando ríe, por mi culpa esas cosas que más valoraban, estaban perdidas y tal vez para siempre.
—— Nam Ra... — llevé mi mano a su mejilla y besé sus labios tratando de darle oxígeno como último recurso. Me alejé mirándola y ya me había rendido —
La había perdido...
Todo esto era culpa mía...
La abracé con fuerza negándome a soltarla y dejarla ir. Me aferré a ella como nunca acariciando su cabeza.
—— Tenías razón... Te amo... por favor...quédate conmigo...no me abandones... — los segundos se sentían como una eternidad. Cerré los ojos sabiendo que mi vida no sería la misma sin mi esposa, mi Nam Ra. Si en algún momento la felicidad llegó a mi vida...solo fue por Nam Ra y Yoon Gi — Te amo... — susurro como despedida, no quería aceptar que la perdía...sus dedos hicieron un ligero movimiento. Detuve todo movimiento y acerqué mi rostro a su rostro —
