Carta dos.

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Querida niña alegre,

Eras aquella clase de persona con mentalidad diferente a la del resto, la espontaneidad te caracterizaba. Corrías y saltabas por todos lados, las heridas físicas se acumulaban sobre tu pálida piel. Pensé que quizá sólo tropezabas demasiado, pero me equivoqué. Bailabas todo el tiempo, tus gritos desafinados eran la música perfecta, no te importaba nada. Eras única, una pequeña estrella con luminosidad propia. Sin embargo, ser excepcional no es sinónimo de perfección. Nunca imaginé lo que realmente ocurría, prometo estar diciendo la verdad. Tal vez los celos empañaron mi visión, o quizá lo hizo el enojo. No me di cuenta de que todo se trataba de una máscara, un convincente disfraz del cual te deshacías al estar sola. Lo siento, hubiese intentado hacer algo al respecto.

Con amor, el niño triste.

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Inspirada en Life Of The Party de Shawn Mendes, mi amor platónico y futuro esposo^^.

Me encantaría que me hiciesen saber su opinión acerca de ésta historia, de verdad.

Nos leemos luego.

Con amor, KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora