Los Otros Nosotros

2

Katsuki, al igual que Izuku, quedó sin saber cómo reaccionar al ver a ese sujeto gritándole al otro, que parecía que explotaría en lágrimas en cualquier momento.

—¡Tú! ¡Ya cálmate! —gritó Aizawa al ver que esa pelea escalaría fácilmente a los golpes.

—¿¡Huh!? ¡¿Quién te crees tú, momia andante!? —se le acercó, apretando los puños que planeaban ir directo a la cara de Aizawa.

Fue envuelto por vendas que, aunque neutralizaron su Quirk, no evitaron que se moviera como si tuviera gusanos en el trasero.

Katsuki analizó a ese chico detenidamente: cabello rosa, muchas menos pecas que Izuku, alto pero no más que él, ojos un poco más pequeños. Una cara de disgusto se le formó automáticamente.

—Qué feo —dijo sin darse cuenta.

—Kacchan, no digas eso, no lo conoces, podría sentirse ma-

—¿¡Yo feo!? ¡Se nota que no te has visto al espejo, imbécil! ¡Pareces un perro con rabia! ¡Si soy feo, tú eres vómito visua- —vio cómo Izuku le tapó la boca antes de terminar su frase.

—¡Cuidado con lo que sale de tu boca! —le parecía gracioso cómo Izuku intentaba defenderlo.

—Tks... lo que sea —alejo bruscamente la mano de Izuku y siendo soltado por las vendas de Aizawa al mismo tiempo, quien se masajeaba la nariz.

—Ustedes se quedan a cargo de ellos dos. Avisen cualquier cosa rara que hagan.

Ambos asintieron sin otra opción.

Izuku, de reojo, vio al otro chico pelinegro que se abrazaba a sí mismo, buscando consuelo. Quiso acercarse para intentar ayudarle, pero tenían que irse pronto para llenar datos de su fallido patrullaje así que no había tiempo para hacer un sesión de terapia.

Cuando llegaron a los dormitorios de la UA, los dobles invertidos fueron rápidamente interceptados por sus compañeros de clase, que fueron previamente informados del suceso.

—¡Guau! ¡Sus dobles son increíbles! —dijo Uraraka, mirando de pies a cabeza al pelirosa, quien estaba a punto de mandarla a la mierda.

—¿¡Cuál doble, cara redonda!? ¡Yo soy mucho mejor que ese maldito arbusto con patas! —gritó sin asustar realmente a la castaña; que te grite Katsuki ya es suficiente entrenamiento.

Izuku tomó la mano del rubio, sonriéndole para que este no quisiera explotarle la cara al chico.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Yaoyorozu, curiosa.

—¿Cómo más me voy a llamar? Obviamente Izuku Midoriya —sonrió de lado con ceño fruncido.

Izuku miró a Katsuki; habían olvidado totalmente preguntar algo tan básico.

—Eso quiere decir que tú te llamas Katsuki Bakugou, ¿verdad? —declaró la pelinegra, mirando al chico que se escondía detrás de la pareja.

Dio un pequeño salto al ser llamado por su nombre.

—Nunca pensé ver a Bakubro tan nervioso —rió Kirishima al ver cómo el pelinegro se ponía más y más nervioso. Se le acercó, rodeando su cuello, pero sus ojos se fijaron rápidamente en su cuello—. ¿Quién te hizo es...? —fue empujado rápidamente.

—N-nadie —pronunció casi en un susurro que nadie más fue capaz de escuchar.

Kirishima tragó saliva, curioso pero también preocupado por lo que vio.

—Creo que este Bakugou es un poco tímido —dijo Tsuyu, mirando sus ojos azules.

—¡Compañeros, ya es hora de dormir! —habló Iida, haciendo su movimiento de robot, llamando la atención de todos.

—¡Mañana es sábado! ¡Podemos estar hasta tarde! —contradijo Kaminari.

El pelirosa termino de analizar el lugar y a los idiotas que lo miraban como si fuera un bicho raro.

—Aquí todos son unos idiotas, ugh —pronunció, mirando con disgusto a todos— Yo quiero ir a dormir ya —se dio la vuelta, mirando a Katsuki e Izuku.

No tardaron en entender y decidieron despedirse de los demás. Izuku intentaba lo más que podía contener su emoción.

che, ns q será que tengo ideas
para nuevas historias.😩