Es curioso como los adolescentes valoramos el amor, o incluso como lo describimos. Según en la etapa en la que estemos, siempre hay un adjetivo distinto para calificarlo.
Si estas enamorado y no es correspondido, el amor es la mayor mierda que puede haber.
También puede ser que estés enamorado y que haya sido correspondido, pero que ya no o que se hayan dado unas circunstancias en la que la relación no puede seguir y por lo tanto, el amor vuelve a ser una mierda.
O puedes estar enamorado, pero la otra persona no lo sabe por algún motivo en especial que te impide dar el paso, y en este caso el amor, se vuelve a convertir en algo que te hace sentir estúpidamente impotente.
Y como estos, varios casos más. En la mayoría, el amor, es algo difícil, doloroso e inoportuno, pero todo esto cambia en un último y exclusivo caso;
Si estamos enamorados y es correspondido.
Y entonces el amor, es la cosa más magnifica que puede haber.
Pero yo no vengo a contaros el típico cuento maravilloso en el que todo son maravillosas mariposas, arco iris y unicornios.
Ojalá la realidad fuera esa, pero no es así.
A mis dieciséis años, he sufrido mucho.
No, no he pasado un cáncer, ni tampoco he sufrido un accidente o tengo una malformación que no me permite hacer vida normal. Pero soy una adolescente que sufre, como muchas otras.
Pero esta adolescente, necesita soltar algo de mierda acumulada, porque si no puede que explote.
Os quiero contar momentos de mi vida.