Tic Tac | Poesía

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24 de diciembre de 2022 

En nuestro sitio de siempre; alrededor de las 11:40 pm. 

Eran Vísperas de Navidad.

Solo se siente como la luz del día, tus abrazos cálidos y acogedores. Pero tú mirada; es tan profunda y con cierto sentido de familiaridad que me hace preguntarme: ¿te he conocido por 27 segundos o 27 años?. Y Me transporta a un nivel de tranquilidad, que solo sucede cuando estoy contigo.

Este ha sido un año lleno de altibajos en todos los sentidos, pero por primera vez preferiré quedarme con los buenos momentos de este año, y han sido los que he compartido contigo. Las Platicas hasta el amanecer, cuando solo estamos solo nosotros, nuestros corazones dándose un saludo de bienvenida, y que poco a poco íbamos desmenuzando cada parte profunda de nuestro ser por cada minuto qué pasaba, fugaz pero memorable, solo algo tan especial e íntimo se puede lograr con alguien único como tú lo has sido. Y nunca pensé que compartir tantos amaneceres, horas y minutos contigo, tuviese tanta significancia para mi. Y saber que cuando las horas se pasan volando, "cuando estás con esa persona"; es como un: "ahí está, punto de tres".

Tu eres esa persona.

Es Como la primera vez que decidí verte diferente, como la primera vez que te sentí diferente, y como la primera vez que me dije a mi misma, que quería que las cosas fuesen diferente para nosotros.

Tan solo me pregunto:  ¿Podremos dejar las luces de navidad todo el año? Porque cada destello, me recuerda a ti, y al brillo de tu ojos cuando nuestras miradas se cruzan. La inquietante emoción de verte, así sea poco el tiempo que haya pasado. A veces simplemente las cosas no se pueden ocultar, y ocultar lo feliz que me siento cuando estoy contigo, es imposible. Y lo cierto es, que por más repleto que este el lugar en donde estemos, todo se detiene cuando te tengo frente a mi, no hay otra cosa que sienta, además de una incognoscible fuerza magnética que me atrae hacia ti.

Contagiosas son tus risas, que no me preocupo en rechazar. Y tus largos abrazos que no me quejo de disfrutar. La suavidad en tu tono de voz al tratar de calmarme cuando lo percibías. Lo mágico que se sentía cuando sujetabas mi mano al bailar, a pesar de algunos de mis torpes movimientos, te mantuviste bailando, y entre risa y risa más especial de hacia. Y claramente algo ocurre, cuando no puedo explicarte con palabras lo que siento, cuando te escucho pronunciar mi nombre en cada momento.

Desconozco si esto es un principio o un final, pero puedo atreverme a decir, que estuve encantada de conocerte. 

Y también agradecerte por aquellos momentos no tan buenos en donde estuviste conmigo, a pesar de todo.

Y mejor que nuestros espléndidos viajes en tren hacia Francia y a Corea. Sería lo indicado para una travesía más amena... hacer antes; una breve parada en mis ojos, contemplar el maravilloso paisaje de mis labios, y por último, observar como mis ojos te sonríen ante tan excelente sensación. 

Que tu me generas.