Detrás De Una Amistad

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Cristian y Gabriel se conocieron en la escuela. Cristian era un chico tímido y reservado, mientras que Gabriel era extrovertido y siempre estaba rodeado de amigos. Un día, Cristian vio a Graciel, una compañera de clase, luchando por hablar con su crush. Sin pensarlo dos veces, decidió ayudarla, y gracias a su intervención, Graciel consiguió el valor para confesar sus sentimientos. Desde ese momento, Cristian decidió enfocarse más en su propia vida.

En su camino, Cristian encontró en Gabriel a un amigo incondicional. Juntos, se divertían, salían y compartían cada momento importante de sus vidas. Su amistad se volvió inseparable, y con el transcurso de los meses, Cristian comenzó a notar que sus sentimientos por Gabriel eran más profundos de lo que pensaba. Se daba cuenta de que se estaba enamorando de su mejor amigo.

Lo que Cristian no sabía era que Gabriel también tenía sentimientos profundos hacia él. Para Gabriel, su relación iba más allá de una simple amistad. Sin embargo, ambos temían arruinar lo que tenían al confesar sus verdaderos sentimientos.

Un día, mientras estaban en su lugar favorito del parque, Gabriel rompió el silencio:

-Cristian, hay algo que necesito decirte -dijo Gabriel con nerviosismo.

Cristian lo miró, sintiendo su corazón latir más rápido de lo habitual.

-Yo también tengo algo que decirte -respondió Cristian, tomando aire.

Gabriel sonrió, aliviado de que finalmente pudieran ser honestos el uno con el otro.

-Creo que estoy enamorado de ti -dijeron al unísono, sorprendidos por la sincronización de sus palabras.

Rieron nerviosamente, pero luego se miraron a los ojos, comprendiendo que su amistad había evolucionado en algo mucho más profundo y significativo. A partir de ese momento, su relación se transformó, y juntos, descubrieron que el amor que sentían el uno por el otro era la extensión natural de su inquebrantable amistad.

Tras su mutua confesión, Cristian y Gabriel sintieron una mezcla de alivio y emoción. Sabían que, a partir de ese momento, todo cambiaría, pero estaban decididos a explorar este nuevo capítulo juntos.

Los días siguientes estuvieron llenos de nuevas experiencias. Cristian y Gabriel no solo mantenían las actividades que tanto disfrutaban, como ir al cine o caminar por el parque, sino que ahora las vivían con una intensidad renovada, sabiendo que eran más que amigos.

Una tarde, mientras paseaban por el parque donde habían confesado sus sentimientos, decidieron sentarse en una banca cercana al lago. La brisa suave y el reflejo del sol en el agua creaban un ambiente perfecto.

-¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí? -preguntó Gabriel, tomando la mano de Cristian.

-Claro que sí -respondió Cristian con una sonrisa-. Nunca imaginé que un día estaríamos aquí, juntos, como pareja.

Gabriel apretó suavemente la mano de Cristian y lo miró con ternura.

-Desde el primer momento en que te conocí, supe que eras alguien especial. Me alegra que el destino nos haya unido de esta manera.

Cristian sintió que su corazón se llenaba de felicidad. Aunque al principio había temido perder a su mejor amigo, ahora comprendía que su relación solo había fortalecido su vínculo.

Con el paso de los meses, su relación continuó floreciendo. Ambos se apoyaban mutuamente en sus estudios y en sus sueños. Gabriel, que siempre había querido ser músico, encontraba en Cristian su mayor fuente de inspiración. Cristian, por su parte, se dedicaba a la escritura, plasmando en palabras las emociones y aventuras que vivían juntos.

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