Team bonding + Chestappen

First day.

Había comenzado a sentirse vivo.

Tras su trayectoria en la Fórmula 1, nunca se había sentido tan vivo; en su vida nunca imaginó ser fichado por un equipo de gran calibre como lo es Red Bull. Su frase icónica "Never give up" está tallada en su mente, pero hasta esa frase contiene una extensión sobre lo que cree en su fantasía y la realidad de las cosas.

Y pasados los días, ver las instalaciones, cada perímetro que constituye aquellos edificios, los marcos, los trofeos. Dios, era el sueño, su yo de hace años no creería si le dijeran que, en el futuro correría con el equipo del momento, de quien ha estado en competencia con Mercedes después de tanto reinado no se lo hubiera creído.

—Hola, Sergio, bienvenido a nuestro equipo. —su jefe, Christian Horner lo recibió con un medio abrazo y una sonrisa. Se sentía feliz dentro de su ilusión ante todo lo que está ocurriendo. — ¿Fascinado?

—Hombre, qué diferencia de ambiente. — y es que no se comparaba sus instalaciones con Racing point, aunque extrañaría la calidez que ha compartido con ellos. A fin de cuentas, los consideraba como una familia después de tantos momentos pasados. — Es una alegría trabajar con ustedes.

El canoso hombre se mantuvo con una sonrisa; claro que está rebosante de una carga de emociones ante lo que está experimentando ¡Gracias Dios!

—Bueno, haremos el recorrido para que puedas familiarizarte. —palmea el hombro contrario y le dirige hacia las puertas de cristal. — En un momento nos encontraremos a Max; ese muchacho está ansioso de un campeonato y anda corriendo en el Sim Racing.

Ah claro, ese muchacho tan excepcional que ha demostrado en tan poco esa hambre de victorias; Le tiene un afecto, ha convivido un par de veces que se encontraban y ese chiquillo le pareció tan interesante para la nueva era en la Fórmula 1. A pesar de las negativas de los demás de la parrilla, creyó fielmente en la destreza que aquel rubio está dejando ver.

—Claro.

El recorrido fue una experiencia distinta; mientras le explicaba qué hay, las personas encargadas brindándole una sonrisa y un abrazo se sentía como si estuviera en tercera persona, viendo todo a través de una gran pantalla. Y es que se sentía tan irreal, sin creerse los grandes cambios que estaban por verse.

Tras aquella victoria que hasta pudo imaginarse a su mamá rezando por su carrera, por su victoria. Alzar sus manos y escuchar la ovación fusionándose con los fuegos artificiales fue un momento de gloria pura, detrás de su casco una sonrisa se instalaba, no queriendo esfumar el sabor de una victoria después de la noticia de su despecho a su propia escudería.

—Hey, ¡Max! —el hilo de sus pensamientos se cortó al divisar a la próxima joven promesa. — Ya se han conocido anteriormente, pero ahora la diferencia es compartir un título de compañeros.

La sonrisa se instaló en ambos hombres y se dieron medio abrazo; la nariz de Sergio picó ante la cantidad de fragancia que cargaba el menor, tan cargado de una colonia tan dominante.

—Ah, Checo. —saludó con una sonrisa. — Nos encontramos de nuevo como compañeros.

Claro que le agradaba, aunque tiene esa manía de explayarse en un tema, le gustaba escuchar las opiniones tan nuevas a diferencias de las suyas. La característica sonrisa que Checo dejó relucir con gusto.

—Va a ser un gran gusto correr a tu lado.

[...]