Cap 13. Me gusta y mucho.

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MAYA


Sonreía cuando veía desde la canoa las fachadas y jardines de los colegios de Cambridge.

El recorrido por el río Cam duró alrededor de una hora; luego fuimos por helados. El clima en septiembre aún era agradable y se podía disfrutar de un delicioso helado.

Llegamos a la heladería, una muy bonita al aire libre. Hoy, Cam estaba muy sonriente. Últimamente había cambiado mucho su forma de comportarse.

No me había vuelto a besar, claro, hasta esta mañana en el desayuno. Cam me tenía pensativa. No entendía su forma de ser o, en realidad, qué era lo que quería o pensaba.

Me había besado antes, y notaba sus caricias agradables en mi piel, sus bonitos detalles e incluso su manera de disculparse cuando discutíamos. Pero no podía dejar de ser amargado; lo he notado pensativo e indeciso varias veces.

No sé qué esperar de él, pues me he dicho a mí misma que Cam es un hombre mayor para mí, y que no debo poner mis ojos en él. Lo nuestro era algo así como una amistad, o él me veía como la hermanita huérfana de su mejor amigo.

Pero me encanta cuando me besa. Mi corazón se emociona al verlo, aunque siempre trato de no parecer necesitada. Cuando terminamos, fuimos a casa.

Él tenía trabajo y yo entrenamiento, pues había pasado la clasificación y estaba en las pro-sub diecisiete. Tendría competencias en diciembre y necesitaba clasificar. Aunque no le conté a Cam que mi sueño es Harvard, quise dejar que intentara convencerme de optar por Cambridge.

Cuando volvemos a casa, voy al entrenamiento. He avanzado mucho; soy buena. Hay unas competencias en Londres y he clasificado para asistir junto con Luci y otras cinco chicas. Será genial, un paseo de amigas.

Cuando vuelvo a casa es tarde. Veo que Max está con una amiga.

—¿Hola? —saludo sonriente. Nunca le he conocido una novia a Max.

—¿Hola? ¿Y tú quién eres? Te pareces a... —dice la chica, y yo, sonriente, le respondo:

Soy Maya, su hermana. ¿Y tú quién eres?

Sofhía, soy amiga de tu hermano —sonríe, y en ese momento tocan la puerta. Es el repartidor, trae pizza, y yo estoy sonriente.

Paso las siguientes tres horas con ellos viendo televisión y riendo, hasta que Max convierte nuestra amena reunión en algo más, cuando monta a Sofhía en sus piernas y empieza la sesión de besos.

Poco a poco, me retiro y me duermo. Mañana será domingo.

Despierto, pero nuevamente me despierto entrando al infierno: la música de la filarmónica que le gusta a Cam resuena por toda la casa.

Me levanto de mal genio, no me peino, y voy toda despeinada. Mi largo cabello rubio tapa mi rostro, y solo me lavo la cara para quitarme un poco el sueño.

Con mi pijama favorita, que consiste en una camisa vieja de Max y unos shorts, voy a la cocina, pero me detengo cuando escucho la conversación de Max y Cam sobre chicas.

Y... ¿cómo te fue anoche con la amiga de Sofhía? ¿Ardiente? —pregunta Max a Cam, y mi corazón empieza a latir rápido. Soy una tonta.

FUERA DE LIMITES "Rendido ante Tí"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora