capitulo 1: Con una chispa es suficiente (p)

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La fantasía es la capacidad humana para imaginar hechos, sucesos o situaciones que pueden ser posibles o imposibles, reales o irreales.

Y los humanos sí que tenemos una gran imaginación tanto que podemos representarla en varias formas.

A través de cantos, películas, teatro y escritos.

De hecho la última es muy importante para esta historia, ya que la protagonista de esta historia le encanta escribir de diferentes géneros desde romance, ciencia ficción, de misterio horror y muchísimos más.

Emma tenía un futuro claro en mente: convertirse en una gran escritora. Pero antes de alcanzar ese sueño, tenía que superar los obstáculos del día a día, como llegar a tiempo a la escuela.

"Emma, levántate de una vez o hoy llegarás tarde a la escuela," resonó la voz de su madre desde la cocina. Emma, sin embargo, estaba profundamente dormida en su escritorio, rodeada de papeles y cuadernos. Había pasado la noche escribiendo y, como tantas veces, se había quedado dormida en medio de sus ideas.

"EMMA THOMPSON."

El grito hizo que se sobresaltara, cayéndose de la silla en un torpe movimiento. Cuando se levantó, se dio cuenta de que alguien la había arropado durante la noche. No era la primera vez que le pasaba; escribir hasta quedar exhausta se había vuelto una rutina para ella. Miró el reloj y, para su sorpresa, ya iba tarde.

Se apresuró a ponerse de pie, y sin siquiera lavarse el cabello, fue directo al baño, se vistió a toda velocidad y se recogió el cabello en una cola alta, aunque le quedó bastante despeinada. Al menos eso no le importaba demasiado. Tomó su cuaderno, donde aún le faltaba escribir algunas ideas para su nueva historia, y corrió hacia el comedor.

Al llegar, encontró a su familia. Su madre, Beatriz, una mujer bajita de pelo castaño y ojos azules, preparaba huevos y panqueques. "Por fin te levantaste, ya iba a servir," dijo con un tono de ligera frustración.

"Déjala, Beatriz, estuvo trabajando hasta tarde anoche," intervino Jack, su padre, que leía el periódico con su traje de oficina. Jack era alto y tenía el mismo cabello castaño y ojos verdes que Emma.

El tercer integrante de la familia, su hermano pequeño Fred, un niño de 10 años con pelo negro y ojos azules, se metió en la conversación con una voz molesta para Emma. "Seguro estuvo escribiendo sobre ese chico espía por el que tiene un crush," dijo con una sonrisa traviesa mientras sostenía su cuchillo y tenedor, esperando el desayuno.

Emma le lanzó una mirada amenazante y, sin pensarlo dos veces, le jaló el cachete. Fred, como era de esperar, empezó a quejarse, "¡Ay, mamá, me lastima!"

"Emma, ¿qué te he dicho sobre hacerle daño a tu hermano?" La madre de Emma la reprendió, haciendo que lo soltara de inmediato. Fred se sobó la cara, aún disfrutando de haberla fastidiado.

"Solo para que lo sepas, no tengo un crush en él," respondió Emma, cruzándose de brazos.

"Claro que sí," replicó Fred con una sonrisa burlona. "¿Y por qué ves esa serie una y otra vez?"

"Terminó hace poco y fue muy popular," contestó Emma, tratando de sonar indiferente. "Tengo comisiones para escribir sobre esa serie, en especial sobre el personaje principal, que a mí me parece insufrible. Pero como es atractivo, a la mayoría de las chicas no les importa."

Su padre levantó la vista del periódico, curioso. "¿Y no es raro que veas algo que no te gusta solo para escribir sobre ello?"

Emma se encogió de hombros mientras comía. "El dinero es dinero."

"Ya dejen de hablar y coman," dijo Beatriz, sirviéndole un café extra fuerte a su hija. "Aquí tienes, para que te despiertes del todo."

Emma sonrió. "Gracias, mamá," dijo antes de tomar el café, ignorando el calor.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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