12 de Junio
08:12 AM
El sol matutino se alzaba lentamente sobre el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos. Nicole, vestida con ropa deportiva, salía de la mansión Malfoy con determinación en sus ojos. Los últimos días habían sido un torbellino de emociones y revelaciones, y necesitaba desesperadamente despejar su mente. Correr siempre había sido su forma de liberar la tensión acumulada y encontrar claridad en medio del caos.
El sendero que bordeaba la extensa propiedad de los Malfoy era su ruta favorita. Empezó con un trote suave, sintiendo cómo sus músculos se calentaban con cada paso. La brisa fresca de la mañana acariciaba su piel, proporcionándole una sensación de alivio. Sus pulmones se llenaban de aire limpio y fresco, y poco a poco, su ritmo cardíaco se aceleraba en una cadencia reconfortante.
A medida que avanzaba, el paisaje familiar de los jardines cuidadosamente cuidados y los altos setos pasaba a su lado en una ráfaga de verdes y colores brillantes. Con cada zancada, Nicole intentaba dejar atrás los pensamientos sobre Tom, Matheo y la tensa reunión en la mansión Riddle.
La música de la naturaleza, el canto de los pájaros y el crujido de la grava bajo sus zapatillas, proporcionaba una banda sonora perfecta para su carrera. Cerró los ojos por un breve instante, permitiendo que la armonía del entorno la envolviera. Sentía cómo el estrés y la ansiedad se disipaban lentamente, reemplazados por una sensación de paz y control.
Después de unos minutos, Nicole aumentó la velocidad, empujando su cuerpo al límite. La adrenalina corría por sus venas y cada respiración profunda alimentaba su determinación. Correr se había convertido en una especie de meditación en movimiento para ella. En esos momentos, podía dejar que su mente se vaciara, enfocándose únicamente en el ritmo constante de sus pies golpeando el suelo.
Cuando llegó al punto más lejano del sendero, se detuvo un momento para recuperar el aliento. Sus manos descansaban en sus caderas y sus ojos se cerraron mientras disfrutaba de la sensación de haber liberado tanta energía negativa. El sudor perlaba su frente y sus mejillas, pero la sensación de alivio valía cada gota.
Decidió que antes de regresar a la mansión, se merecía un pequeño descanso y algo de cafeína. En el camino de vuelta, pasó por una pequeña cafetería encantadora que solía frecuentar cuando necesitaba un respiro. Entró y se dirigió al mostrador para pedir un café con leche.
Mientras esperaba su orden, miró alrededor y vio a una chica de cabello oscuro sentada en una mesa cerca de la ventana, inmersa en un libro. No la reconoció de inmediato, pero había algo familiar en ella. Nicole se concentró en su café recién servido, disfrutando del aroma y el calor de la taza entre sus manos.
De repente, la chica levantó la vista y la miró fijamente. Sus ojos se iluminaron con reconocimiento.
-Disculpa- dijo con curiosidad en su voz -¿Nicole?
Nicole levantó la vista sorprendida y sonrió al reconocer a Ivy Riddle.
-Sí, soy yo. ¿Ivy, verdad?
Ivy sonrió, asintiendo.
-Sí, soy Ivy. No te reconocí al principio con la ropa deportiva y todo. Pero tu cabello rubio es inconfundible.
Nicole se rió suavemente y tomó asiento en la mesa de Ivy.
-Es bueno verte. No esperaba encontrar a nadie conocido aquí.
-Lo mismo digo- respondió Ivy, cerrando su libro -¿Qué te trae por aquí tan temprano?
Nicole tomó un sorbo de su café antes de responder.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝑶𝑵𝑱𝑼𝑹𝑨𝑵𝑫𝑶 𝑬𝑳 𝑷𝑨𝑺𝑨𝑫𝑶 || 𝑻𝑶𝑴 𝑹𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬
Fantasy𝑪𝑶𝑵𝑱𝑼𝑹𝑨𝑵𝑫𝑶 𝑬𝑳 𝑷𝑨𝑺𝑨𝑫𝑶 || 𝑻𝑶𝑴 𝑹𝑰𝑫𝑫𝑳𝑬 "Una vez es casualidad, dos es coincidencia y tres es el destino." Había muchas cosas que Nicole Malfoy no tenía muy claras, pero sabía con certeza que su relación con Tom Riddle iba más...