Capítulo 21

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A la mañana siguiente, la señora Matilde finalizaba la completa limpieza del hogar. La resaca se presentó para los hermanos, mientras el padre de familia solo los contemplaba con cierta diversión ya que había creído por un largo tiempo que algo como esto no iba a ocurrir, verlos juntos era uno de sus anhelos y al mirar a su lado en el espacio en donde su esposa siempre se encontraba, ahora solo era un lugar vacío en la mesa, aquello solo lo hacía soltar un suspiro.

— ¡Hey! ¿Qué haces? —César entró al cuarto de su hermano y vio como este se encontraba con el celular en la mano.— ¿Quieres ir a comer afuera? Se me provoca comer sushi, pero debes decirle a papá que fue tu idea ¿Ok?

— ¿Por qué siempre me envías a mi? Dile tú.

— Es que contigo siempre acepta, vamos no seas así... ¿Quieres verme morir por no comer sushi? Sabes que amo el sushi, ve a decirle ahora que está descansado.

— Espera un momento, la batería de mi celular se murió y recién lo est-

— ¡Eso puede esperar! —Al sujetarlo del brazo logró sacarlo de su habitación, llevándolo hacía la sala.— Recuerda, fue tu idea ¿Entendido? —Con un ligero empujón logró que Lucas termine cerca del sillón en donde el padre de familia se tomaba una siesta.—

— Pa, César dice que quiere comer sushi para el almuerzo.

— Traidor. —Susurró el hermano mayor al soltar un suspiro.—


En el restaurante japonés se podía admirar la preparación del sushi, el chef de origen japonés se dedicaba siempre a dar el mejor platillo para sus comensales. El padre y el hermano mayor miraban al más joven, Lucas se mantenía con una sonrisa al comer y reía de la nada, logrando que su familia lo mire con resignación.

En la tarde, Ivette se mantenía sumergida en las profundidades de la piscina disfrutando del día veraniego y al salir de la piscina se dio con la sorpresa de que Lucas la esperaba con una gran sonrisa e ilusión.


— No esperaba verte ¿Llamaste? —Inquirió al salir de la piscina y recibir la toalla por parte de su prometido.—

— No llamé, subí a mi camioneta y vine inmediatamente a verte. —Respondió al verla acomodarse sobre la silla en donde Ivette se disponía a beber la bebida de frambuesa con un toque de menta, de igual forma Lucas se colocó a su lado.—

— Estoy segura que no viniste simplemente a verme...

— Sí, solo quería verte.

— ¿Solo eso? Creí que habías venido con un lista para ir de citas, que bueno que no hicieras algo tan anticuado.

— Por supuesto, no soy tan anticuado. —Decía al bajar la mirada porque era literalmente lo que había echo, buscar lugares en donde podían pasar más tiempo juntos como pareja.— Miento, en realidad sí soy anticuado.

— Te tomó cinco segundos decir al verdad.

— ¿Lo sabías?

— Claro, déjame cambiarme y haremos realidad tus deseos. —Con una sonrisa se puso de pie, al proporcionarle un beso corto se fue en dirección a su cuarto.—

— ¿No debería al menos avisarme? —Lucas sonrió al dirigirse hacía la sala, esperando ansioso a que su prometida termine de arreglarse aunque era consciente de lo tan importante que era para ella verse bien, le encantaba lucir sus atributos y eso lo enamoraba aún más.—

— ¿Esperaste demasiado? Lo que pasa es que-

— ¿Eres real? Creo que no me importaría morir en este instante sí el ángel que viene por mí eres tú.

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora