Perdí a mi clan...perdí a mis seres queridos...Pero me salvaron, y la misma persona me dio la esperanza de volverme más fuerte... Ser el Shinobi más fuerte honrar a mi clan... Soy Bastian Uchiha y esta es mi historia
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A lo largo de la historia shinobi han existido varias leyendas o mitos, algunas que fueron recordadas por sus grandes actos o acontecimientos que han hecho lo largo de la historia..
Pero otras... Fueron olvidadas, oh simplemente dejan esa leyenda confidencial hasta el dia de hoy...
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El Clan Uchiha, una vez renombrado por su destreza y poder en el uso del Sharingan, había caído en desgracia.
En una noche oscura y sin luna, el clan fue completamente erradicado por fuerzas desconocidas.
Sus habilidades legendarias no pudieron salvarlos de la traición y la violencia que se desató con furia implacable.
Bastian, un niño Uchiha de apenas cinco años, fue el único sobreviviente de la masacre. Sus ojos, de un azul profundo, brillaban con la intensidad de un mar en tormenta, una rareza entre los Uchiha.
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Desde su nacimiento, Bastian había sido una anomalía.
Mientras que los ojos del clan eran de un rojo carmesí, su Sharingan había despertado con un azul etéreo, una manifestación única de su linaje.
Los ancianos del clan, en sus susurros, habían atribuido esta rareza a una antigua profecía, una que hablaba de un Uchiha que portaría un poder capaz de trascender los límites conocidos del Sharingan. Este poder, creían, estaba ligado a las emociones más puras y profundas, capaces de influir en la misma esencia del chakra.
En esa fatídica noche, los gritos y el sonido del combate resonaban por todo el enclave del clan.
El pequeño bastian, escondido en un rincón oscuro, observaba con lágrimas en los ojos cómo su familia y amigos caían uno a uno. El último susurro de su madre Uzaki Uchiha, fue lo suficiente como para instándole para sobrevivir y eso quedó grabado en su mente..
Uzaki: Por favor hijo... No mueras y se fuerte... *murmuró ella, ocultando a su hijo en un pequeño compartimento secreto antes de enfrentarse a su destino*
Pasaron horas, o quizás solo minutos que se sintieron como eternidades, hasta que el ruido cesó.
El silencio que siguió fue aún más aterrador. Con el corazón latiendo frenéticamente, Bastian salió de su escondite, solo para ser recibido por la devastación absoluta.
Bastian: M-Mamá?...P-papá? *su voz temblorosa rompió el silencio, pero no hubo respuesta, pero esa respuesta fue resuelta al ver los cadáveres de sus padres frente a él los cadáveres de sus padres*...N-no... *Sus lágrimas comenzaron a salir y cayó de rodillas, sus lágrimas caían al suelo.*
