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Legoshi recuperó la conciencia.
De apoco volvía a un estado lúcido, a medida que recuperaba la visión.

Se encontraba en una habitación bastante pequeña. No había ninguna decoración. Parecía una especie de calabozo.
Legoshi quizo frotarse los ojos, pero no pudo. Sus manos estaban atadas alrededor un poste. Eso explicaba porque estaba sentado en suelo.
Sin comprender nada, intento ponerse de pie y liberar sus manos.

-¿Quién eres? -la habitación obtuvo más iluminación, como si el animal que lo había capturado intentaba darle un efecto dramático- ¿Cómo llegaste al mercado negro?

-Soy... soy Legoshi -respondió entrecerrando los ojos, ajustando su vista a la luz-. Nos perdimos... Íbamos a regresar a la academia Cherryton...

El panda agarró una de las sillas desplegables, arrimadas a la pared. La armó sin problemas, para luego sentarse delante de Legoshi.

Continuó haciéndole preguntas. Estudiando la forma de responder y actuar del lobo.
Legoshi sentía que era el protagonista de un interrogatorio, de esos que salen en las series y películas de policías.
A medida que las preguntas se volvían más evasivas e incómodas, Legoshi comenzó a irritarse. El panda hacia preguntas que hacían referencia a su complicidad en el consumo de carne, lo que no era cierto.

-¡Jamás comería carne de herbívoros! -exclamó enojado- Ellos la consumieron, yo no -añadio, ocultando su descontento-.

El panda comenzó a reírse.
Legoshi no entendía porque lo hacía.
Se puso de pie, luego desató a Legoshi del poste. Se presentó extendiendo la mano.

-Soy Gohin -dijo sonriendo-. Quería probarte, Legoshi -camino hacia la puerta, sacando una llave del bolsillo para abrirla-. La flor y el pedazo de pastel que traías en la mochila, están intactos.

Legoshi salió de la habitación, aún confundido. El cambio tan repentino en la actitud del panda, le parecía muy incoherente. No confiaba en él.

Gohin lo invitó a tomar asiento, ofreciéndole una taza de té. Legoshi se negó.

-No tiene veneno -afirmó sirviendo la bebida en dos tazas, para luego beber de la suya-. Es bueno para que recuperes por completo la conciencia.

Legoshi aún desconfiando, tomo el té.
No apartaba la mirada del panda. Tenía un cuerpo fornido, con los músculos bien marcados. Tendría conocimiento en combate o quizás se dedique a algún negocio... ilegal.

Para romper el silencio entre ambos, Gohin le comentó a Legoshi que se encargaba de rescatar a animales antes de ser convertidos en filetes. A veces tenía suerte, y los entraba completos y con vida; otras... solo eran cadáveres. Cadáveres completos o cortados.
Sus palabras infundieron horror en Legoshi. Él comprendió que los casos de desaparición y asesinatos, que se apoderaron de los medios de comunicación, estaban relacionados. Se asqueó.

Gohin le explico, que la mayoría de animales que llegaban a ser un plato de comida, eran inocentes y que por pura desgracia, terminaban siendo seleccionados al azar por los encargados de buscar "mercancía". Pero, en otros casos, cuando la mafia se involucraba, tendrían alguna deuda con ellos.
De igual forma, seguía siendo algo espantoso de escuchar.

-¿Me dirás para quién es ese regalo? -preguntó cambiando de tema. Ya no le apetecía hablar de su trabajo-.

-¿Regalo? -repitió; asumió que se refería a la flor y al postre-. Es para...

-¿Tu novia? -lo interrumpió, queriendo bromear. La reacción de Legoshi le hizo dudar ¿Sería para una chica?- No me digas que...

-No es mi pareja -respondió tomando un sorbo del té, como si quisiera esquivar el tema-.

-¿Es un chico? -preguntó nuevamente. El silencio de Legoshi, confirmó su suposición- Oye... No tiene nada de malo que te guste un macho, pero... La homofobia en este lugar, puede llegar a ser peligrosa. Hace una semana atrás, mataron a una pareja homosexual -Gohin adoptó una postura más seria-. Supongo que es carnívoro, como tú, ¿verdad?

Legoshi respondió que no lo era.
Asustado por escuchar tal inmoralidad.

-Bueno... -Gohin suspiró. Le parecía inusual que un lobo se enamorara de una presa suya. Algo ilógico- En tu caso, posiblemente, primero acaben con él y luego te maten a ti -el panda se notaba preocupado y a la vez, intrigado-. Es mejor que lo olvides.

Legoshi no respondió.

No estaba seguro si algún día le confesará sus sentimientos. Aún tenía miedo a ser rechazado. Ahora, tras escuchar su posible futuro, dudaba si lo correcto era seguir manteniendo su "relación" con Louis.
Él no quería que le pasara algo malo. También era consciente que Louis podía defenderse, pero... ¿Podría hacerlo si algún carnívoro lo atacara?

Gohin debió darse cuenta de los pensamientos de Legoshi, así que le animó a analizar la situación.

Pasado un rato, y al ser más de media noche, lo acompañó hasta una calle donde podría ir a la academia sin volver a perderse.
Antes de irse, le dijo que podría buscarlo cuando necesite ayuda.

Amor Secreto|| Legoshi X LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora