CAPITULO UNO:
PRIMER DIA DE CLASES.
Llegar a una nueva escuela, en una nueva ciudad siempre es algo complicado.
Jamás podré acostumbrarme a ese sentimiento de ansiedad y temor de no saber que me espera de mis nuevos compañeros, ¿qué pensaran de mi? ¿hare algún nuevo amigo? ¿me odiaran?
Todos esos pensamientos invadían mi cabeza mientras el carro avanzaba por la calle, camino a mi nueva escuela. El Instituto Lord Byron.
Era una escuela como muchas a las que había asistido anteriormente, de ricos, con uniformes elegantes, y reglas estrictas. O eso pensaban siempre los padres de familia.
Sin embargo sabia que esta vez seria algo diferente.
Mi padre se las había arreglado para ganar el mayor puesto político en la ciudad. Por eso nos mudábamos; al parecer el estar separado de tu familia no dice nada bueno sobre un alcalde.
Habíamos estado viviendo solos con nuestra madre desde hace tres años.
La verdad es que estábamos bastante cómodos. Sin embargo mi padre, Edmund, nos pidió que nos fuéramos a vivir con el en cuanto se supo que el había ganado el puesto político tan deseado y peleado.
Mi madre, sumisa, aceptó.
En esta pequeña ciudad, Abingdon, Virginia; el aire se respiraba fresco y limpio. Las calles eran de un estilo antiguo y las casas de piedra y ladrillos. Todas iguales.
-¿Crees que les vaya a caer bien?- pregunto mi hermana menor, Alisa, rompiendo el silencio.
-Por supuesto que les caerás bien. Serás la niña mas popular otra vez-. Le respondió mi hermano Ander.
-Te amaran Ali, siempre te amaran-. Añadió Adrian.
Ander y Adrian eran mis hermanos, habíamos compartido estomago por nueve meses. Por lo que éramos bastante unidos; siempre habíamos estado juntos hasta la llegada de nuestra pequeña hermana de siete años, Ali. Entonces solo habíamos añadido a otra chica a la lista y nos habíamos unido mas.
Muchas familias envidiaban eso de la nuestra, esa admirable hermandad.
Ali tenia siete años, mientras que Ander, Adrian y yo, dieciocho.
La diferencia de edad jamás había sido un problema. Pienso que éramos tan diferentes, que eso de alguna forma nos unía.
Pronto el carro se paró, y el chofer Mason salió de su asiento para abrirnos nuestra puerta.
Primero salió Ali brincando emocionada y nerviosa. Se fue corriendo agitando sus rizos rubios; al llegar a la puerta de la escuela, giro, nos dedico una sonrisa y agito su mano en forma de despedida. Luego entró.
Después fue turno de que mis hermanos y yo saliéramos del carro.
Digamos que no nos emocionamos tanto como Ali por este nuevo comienzo.
Ander había terminado con su novio apenas tres noches atrás, había sido su primer amor. Por lo que aun estaba muy dolido.
Adrian no se había enamorado aún. El era un chico de una noche. Cosa que no siempre aprobaba, pero respetaba si era su decisión, y de la chica.
Sin embargo esperaba que algún día fuera feliz con alguien.
Igual que yo.
Había tenido novios antes, pero no muchos y no muy entrañables. Vivía tan sumergida dentro de los libros que no tenia tiempo para una relación.
Me alisé la falda con mis manos y mire a mi alrededor.
Tal como en la películas, podía diferenciar cada grupo de reunión:
1. Los nerds.
2. Los hippies.
3. Los no aceptados por la sociedad.
4. Y los populares.
Muy pocos nos prestaron atención; excepto algunas chicas que voltearon a mirar a Ander y Adrian. Lo que era algo normal. Se habían llevado la mejor parte del proceso de gestación. Su piel era bronceada natural, y eran bastante musculosos y fuertes por todo el deporte que practicaban. Sus cabello eran rubios. La diferencia era que Adrian, al igual que Ali tenia los ojos verdes, en cambio Ander y yo los teníamos grises.
También tenia otro hermano mayor, ya casado. Ajax; el cual no veíamos muy seguido porque a su esposa no le agradábamos mucho.
Ajax y yo éramos muy parecidos.
Los dos éramos de piel pálida y cabello café. A veces realmente lo extrañaba.
Pronto, mientras caminábamos los tres por los pasillos, me di cuenta de que mientras que a mis hermanos los miraban interesados, a mi me miraban como si fuera una vaca con dos cabezas volando por la escuela.
Por suerte, la escuela era pequeña -como todo en este pueblo- y fue fácil encontrar todas las clases.
Estaba acostumbrada a escuelas con al menos cuatro pisos de alto, con múltiples alas y campos abiertos. La escuela tenia un par de pisos, pero eso era todo.
Encontré mi salón de clase fácilmente y me senté ignorando las miradas curiosas y un par de suaves sonrisas.
Un chico de a lado se giro en su silla para encararme, vestía como si fuera un diseñador de modas. Lleno de botones y brillos.
-¿Chica nueva, eh? O debo decir, trio de guapuras-. Dijo guiñándome un ojo -No es por molestar, de echo no tengo problema alguno, pero estas sentada en...-.
-Estás sentada en el lugar incorrecto. Apártate zorra-. Interrumpió una chica pelirroja, con los brazos cruzados y haciendo un ruido molesto con el pie.
-¿Disculpa?- pregunte un poco confundida por su arrebato. ¿tan rápido me había ganado una enemiga?
-Aquí se sienta Luke, mi novio, por cierto-.
Suspire, y me pare del asiento. El chico de los botones lució decepcionado.
-Bueno, disculpa-. Dije parándome frente a ella. La chica pelirroja sonrió victoriosa -pero tendrás que decirle a ese tal Luke que se consiga otro asiento, y ahora, apártate de mi lugar, zorra-.
El chico de alado sofoco un gritito tapándose la boca.
-Oh por Dios, le has contestado a la bruja, cuidado con la maldición que te caerá esta noche-.
Le dedique una sonrisa sarcástica a la tal bruja pelirroja y volví a sentarme en el asiento. Me gire en este y le tendí la mano al chico de los botones.
-Soy Apolinne, pero todos me llaman Linn-.
-En ese caso te diré Ap- dijo aceptando mi saludo -Me llamo Rick y chica, creo que tu y yo nos llevaremos muy bien-.
