Capítulo 1: Encuentro

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Pov. Lucy

No podía creer su suerte, no lograba entender como de estar sentada con sus hermanos y hermana en una banca de la estación de tren, sentir un pellizco, termino siendo transportada de un lugar, a otro muy conocido y al parecer lejos de su familia. Le hizo entender dos cosas: uno cuando tu hermana te diga que le des la mano, tiene que hacerle caso y dos antes de que se den completamente cuenta de tu presencia corre lo mas rápido que puedas o podrías terminar con un enano negro apuntándote con una espada, un joven tendido en el suelo inconsciente y un tejón que no para de mirarte sorprendido.


- ¿Quien eres y de donde saliste? - el enano pregunto con tono amenazante.


Pero antes de poder contestar el tejón saliendo del shock le dio un zape al enano que si no hubiera sido por el miedo y la condición me habría reído . cuando estaba considerando el escapar mientras ellos discutían, el tejón volvió a mirarme y a diferencia del enano pude notar que la mirada que me está dando era una suave y curiosa; cosa que me hizo por alguna razón relajarme.


- Perdónalo - el tejón dijo lanzándo le una mirada de advertencia al notar que  iba a volver a quejar y de regreso ami  - él no es muy educado...y menos con personas que no son de aquí


Sabia que se estaba refiriendo a mi vestimenta que consistía en mi uniforme escolar: camisa blanca manga hasta los codos, enterizo de falda gris, corbata negra con rayas, chaleco rojo y saco vino tinto, medias blancas y zapatos negros; el pelo lo tenia en dos trenzas hacia atrás. Claro que no era una vestimenta normal en Narnia y menos con el calor que empezaba a hacer.


- Mucho gusto, soy Buscatrufas - el tejón habló de volviéndome de mi análisis. Y señalando al enano prosiguió  - y el es nikabrik.


Asentí  a los dos en respecto y entendí que era mi turno de presentarme pero antes de poder llegar a decir mi nombre un sonido lejano como de caballos y jinetes se escucho. Mirando así la dirección en la que se aproximaba el sonido no se veía nada, claro que eso quería decir que en unos minutos ya estarían por aparecer. Pero otro sonido mas cercano llamo mi atención notando al sr. Buscatrufas y al enano Nikabrik arrastrando al joven todavía inconsciente así el interior de lo que parecía ser una casa en el trocó de un árbol  cada uno con un brazo, así que con cautela pero sabiendo que era necesario me acerque y tomando por la piernas el cuerpo los ayude a entrar lo mas rápido cerrando la puerta al notar que los jinetes ya los teníamos casi en sima; nos quedamos en silencio unos minutos hasta que el sonido del galope desapareció por completo.


Antes de que el enano se pudiera quejar al verme dentro de su casa el sr. Buscatrufas nos pidió el favor de que lleváramos al joven hacia una pieza la cual tenia una cama pequeña, mientras el buscaba una venda para la cabeza del joven. Cuando terminamos de acomodarlo quedando la piernas algo colgadas me di el atrevimiento de darle una mirada y debo decir que quede fascinada con lo que vi: pelo marrón sedoso, barbilla levantada denotando que ya estaba en la madurez, nariz recta, labios finos y cejas algo gruesas pero no tan pobladas y un color de piel canela delicioso, en resumen si de joven era así de guapo no quería saber  que tan atractivo seria de adulto. Dándome una bofetada mental por la clase de pensamientos que tenia los cuales tenia que reconocer no eran propios de una niña de 12 años se concentro mas en ayudar al sr. Buscatrufas el cual entró en el momento que terminaba su observación, cosa que agradeció. 


Cuando terminamos de vendar, el sr. Buscatrifas me ofreció el quedarme  con ellos para que comiera y descansara, para que después pudiéramos  aclarar todas las dudas con mas calma, trato que acepte al instante en que mi estómago gruño por comida, avergonzada y sonrojada camine con el sr. Buscatrufas hacia el comedor en donde ya se encontraba el enano quejándose de que quería comer.


- Espera un momento caliento la sopa - el sr. Buscatrufas comentó Mientras se dirigía a lo que parecía era la cocina.


- Yo le ayudo - dije mientras lo seguía quitándome el saco, el chaleco y la corbata ya que no los iba a necesitar mas y el calor que sentía ya no lo aguantaba.


El sr. Buscatrufas me dio una mirada sorprendida antes de que me agradeció la ayuda, dirigiendo nos junto hacia la cocina dejando al enano alegando algo que decidí ignorar por completo.


Príncipe caspianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora