Intrigas y pasiones

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La noticia de que Hazel había sido elegida como el diamante de la temporada se había extendido rápidamente por toda la sociedad londinense. Las invitaciones para eventos sociales comenzaron a llegar en masa a la casa de los Clark, y Hazel se encontraba con una agenda más ocupada que nunca.

Unos días después del gran baile de la Reina, se celebraba otro evento de gran importancia: una fiesta en el jardín de los Featherington. La tarde era perfecta, con un cielo azul y un sol brillante que iluminaba los colores vivos de las flores. Hazel y su padre llegaron puntualmente, siendo recibidos por Lady Featherington con una sonrisa radiante.

—Hazel, querida— dijo Lady Featherington con una voz melosa, —qué placer tenerte aquí. Estoy segura de que esta fiesta será aún más encantadora con tu presencia.

—Gracias, Lady Featherington—respondió Hazel cortésmente. —Es un honor estar aquí.

Mientras se adentraban en el jardín, Hazel no pudo evitar notar las miradas de admiración que recibía. Sin embargo, también percibió algunos murmullos y susurros, recordando las palabras de Lady Whistledown sobre su supuesta arrogancia.

—No dejes que te afecte—dijo su padre suavemente, notando su incomodidad. —La gente siempre hablará, pero tú sabes quién eres.

Hazel asintió, tomando aire profundamente. —Tienes razón, padre. No dejaré que me afecte.

Mientras recorría el jardín, fue abordada por varios caballeros, todos deseosos de bailar con ella. Uno de ellos, Lord Pembroke, era particularmente insistente. —Lady Hazel, ¿me concedería el honor de este baile?—preguntó con una sonrisa deslumbrante.

Hazel aceptó, sabiendo que rechazar a tantos pretendientes no era lo más prudente. Mientras danzaban, sintió una presencia familiar a su lado. Colin Bridgerton la observaba desde la distancia, sus ojos llenos de interés y algo de preocupación.

Después de varios bailes, Hazel finalmente se tomó un descanso y se dirigió a una mesa con refrescos. Mientras se servía un poco de limonada, se dio cuenta de que Colin se acercaba.

—Señorita Hazel—dijo Colin, inclinándose ligeramente. —¿Cómo está disfrutando de la fiesta?

—Es muy agradable—respondió Hazel con una sonrisa. —Aunque debo admitir que es un poco abrumador.

Colin asintió, entendiendo perfectamente su sentir. —A veces, estos eventos pueden ser agotadores. Si necesita un descanso, hay un lugar tranquilo más allá del seto. Podría mostrarle el camino.

Hazel aceptó la oferta, agradecida por un momento de tranquilidad. Mientras caminaban hacia el rincón más apartado del jardín, Colin notó que Hazel parecía más relajada.

—Quería disculparme por Lady Whistledown— dijo Colin de repente. —Sé que sus palabras pueden ser hirientes, pero no representan la verdad.

—Gracias, Colin— respondió Hazel, tocada por su preocupación. —Sé que la gente hablará, pero trataré de no dejar que me afecte.

—Eso es lo que admiro de ti, Hazel— dijo Colin con una sonrisa. —Eres fuerte y valiente.

Hazel se sonrojó ligeramente, agradecida por sus palabras. —Gracias,Eso significa mucho para mí.

Mientras conversaban, la figura de Benedict Bridgerton apareció en la distancia, dirigiéndose hacia ellos. —Ah, aquí están— dijo Benedict con una sonrisa. —Espero no estar interrumpiendo.

—Para nada hermano— respondió Colin, aunque una pequeña arruga apareció en su frente. —Estábamos disfrutando de un momento de tranquilidad.

—Excelente—dijo Benedict, dirigiéndose a Hazel. —Hazel, ¿Te importaría acompañarme a un paseo?

Hazel miró a Colin, buscando su aprobación, y él asintió con una sonrisa. —Por supuesto, Benedict. Me encantaría.

Mientras caminaban, Benedict intentó conocer mejor a Hazel, pero sus preguntas eran más formales y distantes en comparación con la calidez de Colin. Hazel respondía con cortesía, aunque su mente seguía volviendo a las palabras y miradas de Colin.

Cuando regresaron al jardín principal, Hazel fue inmediatamente rodeada por más pretendientes. Penélope, que había estado observando desde la distancia, se acercó a Colin con una expresión calculadora.

—Colin, querido—dijo Penélope, intentando sonar casual. —Parece que Hazel está siendo muy solicitada.

—Así parece— respondió Colin, sin apartar la vista de Hazel.

—Es una pena que no puedas pasar más tiempo con ella— continuó Penélope, aprovechando la oportunidad. —Tal vez podríamos hablar un poco. Hace tiempo que no conversamos.

Colin, queriendo ser cortés, asintió. —Claro, Pen. Vamos a hablar.

Mientras se alejaban, Hazel no pudo evitar notar la cercanía entre Colin y Penélope, sintiendo una punzada de celos. Tratando de no dejar que eso la afectara, aceptó otra invitación a bailar, esta vez de Lord Davenport.

Durante el baile, Hazel mantuvo la compostura, aunque su mente seguía volviendo a Colin. ¿Por qué se sentía tan inquieta al verlo con Penélope? Intentó centrarse en la conversación con Lord Davenport, pero su atención seguía desviándose.

Finalmente, cuando el baile terminó, Hazel decidió buscar un momento de respiro y se dirigió hacia un rincón del jardín. Allí, se encontró con Eloise Bridgerton, quien parecía tan cansada de la fiesta como ella.

—Eloise— dijo Hazel, aliviada al ver una cara amiga. —¿También buscando un momento de paz?

—Absolutamente— respondió Eloise con una sonrisa. —Estos eventos pueden ser agotadores.

Mientras conversaban, Penélope se acercó, lanzando una mirada de desdén a Hazel antes de volver su atención a Eloise. —Eloise, ¿te importaría si hablamos un momento?

Eloise, percibiendo la tensión, asintió. —Por supuesto, Penélope.

Mientras Penélope y Eloise se alejaban, Hazel se quedó sola, reflexionando sobre todo lo que había ocurrido. Sabía que la temporada sería un desafío, pero no había anticipado la complejidad de las relaciones y las emociones involucradas.

En ese momento, Colin apareció de nuevo, con una expresión seria. —Hazel, ¿estás bien?— preguntó, notando su semblante pensativo.

—Sí, solo necesitaba un momento para respirar— respondió Hazel, intentando sonreír.

—Entiendo—dijo Colin suavemente.—Si alguna vez necesitas hablar o simplemente un descanso, estoy aquí.

Hazel sintió una oleada de gratitud. —Gracias, Colin.

Mientras la fiesta continuaba, Hazel y Colin compartieron otro baile, sintiendo que su conexión se fortalecía cada vez más. Sin embargo, sabían que el camino por delante estaría lleno de desafíos y decisiones difíciles.

Penélope, observando desde la distancia, apretó los labios con determinación. No dejaría que Hazel se interpusiera en sus planes. La pluma de Lady Whistledown ya estaba preparada, lista para escribir las palabras que podrían cambiar el curso de la temporada.

Con la noche avanzando y las estrellas brillando en el cielo, Hazel y Colin sabían que su historia apenas comenzaba. Pero con cada paso, cada palabra y cada baile, sentían que estaban destinados a enfrentarlo juntos.

The Bridgerton; Colin BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora