Cap 14. Por qué tú eres mía.

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CAMERON

Cuando vuelvo de comer helados con la Mocosa, me alisto y salgo al trabajo.

Hoy mi turno es de tarde, ya que en la noche tenemos planeada una salida. Bueno, en realidad es una especie de castigo: perdí una apuesta y Max debía buscarme una chica con quien salir.

Era una cita a ciegas; solo la conocí cuando llegué al bar. Evelyn es linda y su cuerpo es muy llamativo. Tiene 23 años, estudia ingeniería y es amiga de Sofhía. Luego de tomarnos unas copas, se decidió y me pidió que la follara.

Fue al grano y directa; ella misma lo dijo, no tuve necesidad de hacerle advertencias. Eran las 11 de la noche y ya estábamos en su apartamento. El lugar era lindo; lo comparte con otra chica que no estaba.

Cuando llegué, luego de tomar el primer trago, fui por ella, le apreté fuerte el cuello y besé su cuello y pecho. Ella rápidamente me quitó la camisa y desabrochó mi pantalón.

Evelyn intentó besarme, pero recordé el sabor a naranja caramelizada de la Mocosa, y dejé de hacerlo, pues el beso de Evelyn no sabía a nada. Alcé su falda, la coloqué en cuatro, corrí su braga y, con un preservativo, me introduje en ella sin quitarle la ropa.

Metí mi mano por debajo de su falda, llegué a su clítoris y lo acaricié. En menos de cinco minutos, ya nos habíamos corrido.

Descansamos con otros tragos, y luego de 20 minutos, ella estaba sobre mí, montándome desnuda. Es ardiente y le gusta duro y rudo; me pedía que le apretara el cuello y le limitara el paso de la respiración.

Se movía muy bien, tuve que contenerme para no parecer un puto puberto, yo, un hombre de 25 años.

Luego de dos rondas más de sexo, se vistió, al igual que yo, y prácticamente sacó un fajo de dinero para pagarme la follada. Quedé encantado con la autenticidad de esta chica y justo cuando me despedí, le dije:

Nos veremos, Evelyn Smith.

Ella me sonrió y me fui a casa.

A la mañana siguiente, me levanté de buen humor, puse mi música clásica y empecé a hacer el desayuno: panqueques con fruta y jugo de naranja, el desayuno favorito de la Mocosa insoportable.

Cuando veo que Max sale y se despide de Sofhía con un beso, ella solo tomó jugo y se marchó; creo que iba algo apurada.

Max viene y se postra recostado en la cocina, con sus brazos cruzados y sonrisa expectante. Pregunta:

—¿Yyyy?

Sabía lo que quería, siempre habíamos sido muy amigos, tanto que olvidábamos los valores de caballeros y, bajo la promesa de que no saldría de la boca del otro, nos contábamos sobre nuestros ligues.

Lo veo con una sonrisa en mi rostro. La terapia Evelyn fue muy buena y liberadora.

Max no soporta mi expectativa y me pregunta directamente:

—¿Y cómo te fue anoche con la amiga de Sofhía? ¿Ardiente? —Sonrío y niego, pues mi amigo es el más chismoso.

—¿No me vas a contar? —me reprocha nuevamente Max. Tendré que darle información o no me lo quitaré de encima nunca.

FUERA DE LIMITES "Rendido ante Tí"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora