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Suzuka pov:

Miré a Moa atentamente, dormía plácidamente contra mi pecho, oliendo fuertemente a miel y su respiración chocando contra mi cuello. Me había tranquilizado liberando su aroma, dándome besos y acariciando mis mejillas, susurrando palabras bonitas.

El reloj marcaba las 2:27am, a pesar de todo no podía dormir, la ansiedad me carcomía las entrañas, lo vivido esta noche me rondaba la cabeza sin cesar.

-Su~chan deja de temblar- susurró Moa con los ojos todavía cerrados y la voz ronca -Tu pecho se siente incómodo así-

-Perdón- besé su cabeza y me acomodé mejor en la cama, apretándola contra mí -Estoy inquieta- suspiré y sentí como se removía contra mí.

-¿Es por lo de la cena?- la luz de la lámpara iluminó la habitación y se sentó en la cama, despeinada y con los ojos aún cerrados.

-Vuelve a dormir bebé, es tarde- acaricié su rodilla.

-No, vamos a hablar- se frotó los ojos y cruzó las piernas -¿Qué pasa?-

-Tengo miedo de que les pase algo, es todo- me apoyé sobre el codo -Sabes que mi familia es de temer y con todo lo que está pasando podría ponerse peor-

-Estamos bien preparadas, además no estaremos desprotegidas, tenemos gente para ayudarnos- se estiró para acariciar mi mejilla.

-Lo sé pero están los niños, ¿Que demonios haremos si nos atacan aquí, en esta misma casa?- la miré preocupada -Me muero si les pasa algo a los tres a las demás-

-Estaremos bien- aseguró con confianza y se volvió a acostar sobre mí -No nos han matado antes no lo lograrán tampoco este año- besó mi pecho.

-Ojalá tuviera tu confianza para con las cosas- acaricié su espalda y me quedé viendo el techo tenuemente iluminado.

-¿Sigues pensando que debemos irnos?- trazó círculos sobre mi abdomen.

-Si eso nos da más seguridad pues creo que será la mejor opción- asentí y besé su cabeza.

-¿Y a donde nos iríamos?- metió la mano bajo mi camiseta.

-Podría ser Osaka o Hokkaido- posé mi mano sobre su cintura -Ahí no tienen jurisdicción ni poder y mucho menos pueden entrar, estaríamos bien-

-¿No tienen enemigos o algo así por esos lares?- trazó con las uñas mis abdominales.

-Tengo un gran amigo en Osaka, seguramente podría conseguirnos un buen lugar para vivir, muy seguro y grande- gruñí ante el escalofrío que me provocaban sus toques -Kenzo es un buen tipo y muy genial, me enseñó todo lo que sabe sobre combate-

-¿Podremos confiar en él?- detuvo sus caricias y me miró.

-Claro que sí, mi familia no le agrada y nunca atentó contra mí, siempre veló por mi persona cuando estábamos juntos- sonreí y besé su frente -Estaremos bien con él a nuestras espaldas, es el mejor en lo que hace y estaría siempre atento-

-¿Y qué pasará con el trabajo, la educación de los niños?- me frunció el ceño.

-Podemos solucionar todo eso- reí levemente y dejé besos por su rostro -Tranquila amor, volvamos a dormir, es muy tarde-

-Es tu culpa, tus temblores me molestaban la oreja- pinchó mis costillas y se dejó caer en el colchón.

-Perdón- reí apenada y volví a abrazarla -Mi cabeza no me dejaba en paz esta noche-

-Lo noté- besó mi mandíbula y subió hasta mis labios.

-Ahora sí, a dormir, tenemos hijos que nos necesitan en nuestros cinco sentidos- nos cubrí con las sábanas y besé su frente.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora