Cap 16. Entre mis muros.

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(Octubre del 2018)

CAMERON

Salgo de su habitación y ella aún está en éxtasis por el orgasmo. Le doy un beso en la cabeza y salgo.

Me acuesto en mi cama y duermo.

Despierto muy temprano y hago mis ejercicios. Cuando voy a regresar, me doy otra vuelta, con la intención de no verla. Al llegar, ya no está en casa.

Esta semana me dedico a trabajar doble turno en mis pasantías. Pronto seré profesional; no paso por el apartamento y voy directo al restaurante.

Esta semana la pasé prácticamente evadiendo a la mocosa. Me iba del apartamento antes de que ella llegara.

Estoy un poco confundido; esta chica es hermosa y solo deseo besarla y estar con ella, pero yo no me enamoro, solo follo chicas, y Maya Parker se está metiendo demasiado entre mis muros.

Es viernes y hay fiesta en el apartamento; Max la organizó y yo estoy de acuerdo. Tal vez, con otras chicas, pueda sacar a la mocosa de mi cabeza.

Llega algo tarde y el apartamento ya está lleno. Darla y Lau están sentadas en mis piernas, y beso a Lau; creo que tendré doble acción hoy o algún trío.

Ella pasa y de inmediato su mirada se cruza con la mía, pero no se queda mucho, entra rápido a su habitación y se encierra.

La música está alta y hay mucha gente, pero me senté en un lugar estratégico para vigilar la habitación de la mocosa; no quiero que algún borracho chistoso entre en ella.

Han pasado 45 minutos cuando veo que se abre la puerta. Sale y está hermosamente vestida, con una falda blanca, un suéter negro y botines.

Está súper sexy, pero reacciono rápido y trato de alcanzarla. Me cuesta un poco levantar a las chicas de mis piernas. Cuando llego a la puerta del apartamento, ella ya está en el ascensor, así que le grito:

— ¡Mocosa! ¿A dónde crees que vas?

Pero ella no se inmuta, solo levanta las manos mostrándome su dedo medio.

La veo desaparecer en el elevador y estoy que me lleva el diablo.

El resto de la noche me la paso bebiendo un poco, amargado. Termino levantando a mis acompañantes de mis piernas. Son las tres y media de la madrugada y ella aún no ha llegado. "Nunca llega tan tarde".

Max se fue a dormir con Sofía. Lia y Darla no han hecho más que invitarme a follar, pero no acepté, y al final se han ido furiosas.

Se van los últimos amigos y son las 4:15 de la mañana.

Voy a su habitación, abro la puerta por si llegó y no me di cuenta. Ya tengo su número, pero nunca le he llamado.

Son las 5:00 y lo hago. Marco, el teléfono suena, pero me doy cuenta de que lo dejó en su habitación.

Me recuesto en su cama a esperarla, y poco a poco me quedo dormido.

Me despierto y no sé en qué momento me quedé dormido.

Ya son las nueve de la mañana y ella no ha llegado. Recuerdo que Max salió y hasta limpiaron el apartamento.

Me levanto, preparo el desayuno, pero sigo esperando y no llega. Maldición, mocosa, ¿dónde te metiste? No salgo de casa. Si no aparece, empezaré a buscarla con sus amigos, aunque no conozco a ninguno.

Pasa la mañana y parte de la tarde. Son las tres cuando llega Max.

— ¿Sabes dónde está la mocosa? No llegó a dormir y mira la hora, aún no ha llegado —le digo a Max, molesto, estoy que me lleva el demonio.

Él me mira indiferente y contesta relajado:

Hmm, sí, me llamó esta mañana y me avisó que durmió en casa de Aiden. —Mira el reloj—. A esta hora deben de estar en su entrenamiento. El martes tienen unas regionales de natación —me dice como si nada, y yo estoy mucho peor. Durmió en casa de ese chico, y quién sabe qué hizo...

Max también consiguió un empleo de pasantías y trabaja en el turno de tarde-noche. Yo, aún enojado, cancelo mi turno en el restaurante hoy; ella me tendrá que dar una explicación.

Miro el reloj. Son las 6:30 de la tarde cuando la puerta principal se abre y es ella, vistiendo ropa holgada, una sudadera que se nota que es de chico.

Ella me ve y sonríe, muy feliz.

Hola, Cam —dice, y pasa a su habitación. Estoy molesto y la sigo. Entro sin tocar la puerta, y cuando volteo, la mocosa se está quitando los pantalones, dejándome ver sus bragas y sostén. Está de espaldas, inclinada, y puedo ver ese bonito tatuaje que tiene, una mariposa soñadora.

Pero no me dejo deslumbrar por su cuerpo y exploto.

— ¿Dónde carajos estabas, Maya Parker? —ella voltea a verme, y sus bellos ojos verdes están brillando. Son hermosos y encantadores.

— ¿Y por qué dormiste en casa de tu amiguito ese? —le pregunto.

Ella me mira y decide retarme, pero primero me molesta.

— ¿Por qué, Cameron? ¿Acaso estás celoso? Creo que ayer tenías suficiente compañía con tus amigas —me dice, y yo aún no puedo salir de mi enojo.

Ellas no son nadie para mí. Tú sí lo eres —y me lanzo hacia su boca.

Al principio no quiere, pero luego me corresponde. Me inclino y la cargo. Ella enreda sus piernas en mi cadera, y la llevo a su cama, pero esta vez la bajo yo, quedando encima de ella.

La deposito lentamente y beso su cuello y clavícula. Sigo bajando poco a poco y le quito el sostén. Lamo sus pezones, pero continúo descendiendo, y le digo:

Quiero probarte, mariposa.

Ella responde:

— ¿Mariposa?

Pensé que era la mocosa —dice, y yo asiento, contestándole mientras le bajo lentamente las bragas.

También eres mi mocosa, pero ahora te llamaré mariposa, por tu tattoo. Es como tú: bella y soñadora.

Ella sonríe y yo la beso.

Le retiro completamente las bragas y puedo ver lo espléndido de su coño. Está rasurado y es rosado, simple, hermoso.

Me agacho en el borde de la cama, tomo sus piernas y devoro su rico y delicioso coño. No tarda mucho en explotar, jadeando en éxtasis, y la deliciosa sensación de escuchar sus gemidos me llena.

Cuando termino, me levanto, la beso y le digo:

Aseáte; te espero afuera. Vamos a hacer pizza —y me levanto y me voy.

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😜

FUERA DE LIMITES "Rendido ante Tí"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora