Caléndula

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"rosa roja para el olvido"


Kalypso era el perro fiel, el arma y la cabeza de Hajime. Todos sabían que ella era un punto frágil para Kokonoi, no solo un blanco que desestabilizaría el estado mental y sentimental del hombre sino también la organización. Esa mujer ata hilos, manipula y tortura. Es la reina en el tablero de ajedrez. Así que era completamente normal que fuera la sombra, los sentidos y las alas de su jefe. El problema es que hoy Akane no la vio. Igual no era que importara mucho, solo no apareció y ya, tal vez solo estaba haciendo sus rondas.

Hay un golpe en la puerta — ya voy — la chica rubia se quita la máscara de enfriamiento y sale.

Kalypso le sonríe. No trae el uniforme, está descalza, con pantalones sueltos y una camisa ombliguera. Akane nota que tiene ojos azules pero la piel tostada y el cabello corto. El tatuaje en su pecho y otro que sobresale en sus costillas son los que más llaman su atención. — hola — tiene voz demasiado calmada y amigable para la mujer que asesina sin piedad — ¿Akane? —.

— ¿Eh? sí, hola —.

— Te mandaron algo —.

Akane la mira. Está sudando frío. Le tiene miedo, pero aprendió a no demostrarlo así que le sonríe de forma forzada — gracias, puedes dejarlo dentro — dice y se separa para que Kalypso entre.

Ella jala el carrito y lo deja dentro de la habitación — ¿Sabías que la casa se construyó en 1920? desde entonces le han hecho reparaciones, pero sin tocar el carácter de la casa —.

Akane la mira y deja la puerta entreabierta — se ve bien cuidada —.

— La familia Kokonoi le envió algo ya que noto que la comida servida no era de su agrado —.

— Oh, no debían preocuparse — Akane sonríe. Hay un hormigueo en su estómago que le advierte de peligro, pero entiende que es solo por la chica, la familia Kokonoi no la tocara, al menos por el momento.

— A los Kokonoi les gusta ser buenos anfitriones — dice. Empuja un poco el carrito contra el pequeño sofá y quita la tapa que cubre el plato. Tiene un buen olor y parece un buen platillo.

— Entiendo — dice y se sienta en el sofá, frente al plato. Tenía mucha hambre, no comió nada en la cena, solo revolcó la comida para disimular que comía. El plato se veía bastante bien, la carne estaba deshilachada. No había huesos así que no sabía que era el animal — ¿Qué es? —.

— Pruébalo —.

Akane lo come y sabe bastante bien. Continúa comiendo y se siente un poco incómoda cuando levanta la mirada y Kalypso le está sonriendo levemente. Suspira y continua. La mujer es rara, solo va a comer y luego dejar que se vaya. Cuando termina la comida le sonríe y habla — estaba muy bien ¿Puedes decirme qué animal es? Quisiera comerlo más seguido —.

— Claro — la pelinegra se acerca lentamente. Toma la tapa de un segundo plato y lo levanta — eso es —.

Kalypso mira con los ojos desenfocados. Sobre el plato estaba la piel del conejo que le habían regalado. Siente la bilis subir por su garganta y gira la cabeza vomitando en el plato en el que acaba de comer — estás loca — dice y toma el cuchillo de mesa.

Kalypso solo ríe. En un rápido movimiento mueve el carrito y la empuja al sofá. Detiene el ataque de Akane tomando su muñeca con una mano mientras le coloca la navaja en el cuello con una rodilla entre sus piernas — el conejo salto donde no debía —.

— Lo mataste —.

— Sí, porque salto donde no debía —.

— Estás loca. Me lo diste a comer —.

Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora