Obsesión Yokai

La razón detras de la obsesión

Los Yokai, ¿cómo se podría empezar a describir a los Yokai?. Son seres que con formas que alguna vez fueron familiares para los humanos, una mezcla entre lo normal y lo sobrenatural, esto ultimo siendo lo que llega a aterrar, seres creados para proteger a los humanos, no pueden ser vistos porque pertenecen a otro mundo, o tal vez a una dimensión diferente. De cualquier forma son viejas leyendas que pasan de generación en generación, sin pruebas graficas, solo de palabra, siendo cierto para los mas fieles creyentes de tales cuentos.

Atsushi nunca espero que su vida se viera envuelta en tan entrañable y arcaica situación a tan temprana edad, solo tiene cinco años, además la historia que le esta contando su abuelo suena como un disparate, de los tipicos que te suelen decir los adultos cuando te regalan un cachivache que consideran preciado, aun si es la cosa más inútil del mundo. Pero el es un niño, curioso aunque puede llegar a ser algo escéptico, a pesar de todo aquella cámara en sus manos si que lucia antigua, sumando la historia y el hecho de que el ama la fotografía, es un ganar/ganar desde su punto de vista.

–Entonces si miro a traves de esta camara podre ver a esos seres de los que me hablas, abuelo? —se atrevio a preguntar, ignorando la mueca de confusión que hizo mientras su abuelo le contaba la historia. Seguia teniendo esa pizca de querer creerle—.

Su abuelo Fukuzawa solo asistió con aquella estoica expresión que hacia a todos dudar, el hombre era muy serio y correcto como para inventar tales disparates para su nieto, o eso creia Atsushi. Por lo que tomo su palabra e intento encender la camara.

–Necesitas cargarla, tardara un poco, no se usa desde que yo era jóven —le comento el mayor, dandole esa seria pero calmada mirada que siempre usaba cuando Atsushi lo observaba con decepción—. No creo que mueras por no poder usarla hasta dentro de unas horas.

Atsushi suspiro en rendición, esperaba poder descubrir si era cierto lo que su abuelo le estaba contando hoy mismo, mañana empezaría el kinder y posiblemente estara muy ocupado como para usarla.

Eso claramente era una falacia, a la mañana del día siguiente, apenas despertó, ya estaba emocionado, no solo por su primer día de primaria si no porque aquella cámara cargo toda la noche, seguia negándose a creer lo que su abuelo le conto pero la emoción nadie se la quitaba, incluso sus padres estaban confundidos, usualmente los niños a su edad se sienten nerviosos, lloran o directamente no quieren ir. De cualquier manera, la mañana estuvo tranquila, eso hasta que el pequeño empezó a temblar mientras le tomaba una foto a sus padres con la camera.

Atsushi de verdad queria creer que esos seres extraños que flotaban alrededor de sus padres no eran los de la historia de su abuelo.

Su madre tenia una mujer a su lado y eso seria medianamente normal si no fuera por el extraño y aterrador cuello largo que se estiraba y enredaba entre si mismo formando una "O". Su padre por otro lado tenia un tipo leon con bolas de fuego como melena
Su reacción, otra vez, fue una de asombro, miedo, tambien, pero esto solo lo lleno de una hambrienta curiosidad por conocer los Yokai de todos, sus ojos brillaron con hambre de conocimiento.

Cuando llego al kinder no hizo berrinche, es más, parecía emocionado de entrar y como no con su nuevo descubrimiento en manos. Se fue a una zona algo apartada de los otros niños pero que aun estaba cerca de la entrada del kinder y empezo a tomar fotos, evitando que lo descubrieran. Con su camara observaba los diferentes Yokai que cada uno de los niños poseia, incluso el de los maestros, hasta que sus ojos se posaron en una cabellera castaña.

Aquel niño lucia un poco más grande que el, no se veia feliz, tampoco triste, de hecho lucia cansado y sombrío, tenía vendas alrededor de su cuerpo, lo cual le añadió mas misterio a su alrededor. Elevo su camara y lo miro a través de ella, pero no vio nada, apunto el lente de la camara a otro lado, pensando que tal vez algo estaba fallando, pero no, los Yokai estaban ahi, volvio su vista hacia el extraño niño y continuo sin ver nada.