𝘖𝘯𝘤𝘦

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El día del juicio ya había llegado, todos estaban ahí, o bueno los más importantes para el chico.
Cómo sus padres, algunos de sus familiares y testigos como Juan u Ari.

Juan y Ari no se solían involucrar en estás cosas pero si era por su amigo era obvio que lo harían.

Aquel juez en la llegada, se mantenía serio, no había empezado nada aún, faltaban no más de cinco minutos, aquel chico mantenía su mirada en la salida tratando de ubicar a su pequeña pero aún no veía nada...

— Tranquilo, seguramente vendrá ya casi al final del juicio.— explico el abogado de Spreen — Usualmente no suelen meter a los nenes en esto.—

Por otro lado el pelinegro simplemente asintió no muy seguro.

De repente vio a una pequeña bajar de un carro grande, veía junto con la señora, esa si o sí era su hija.

Rápidamente se acercó pero un oficial lo detuvo.

— Eh para, no puede acercarse.— pidió el oficial — Hazme el favor de retirarte.— decía mientras mostraba un arma.

Era obvio que no lo utilizaría pero necesitaba trasmitir miedo para que Spreen se alejara lograndolo.

Aquel chico trato de llamar a su pequeña pero nisiquiera lo miro, no podía ver su rostro pues llevaba un sombrero algo grande en su cabeza y un vestido blanco bordado.

— Iván ¿Donde estabas?— pregunto el abogado mientras tomaba el hombro del chico mientras recuperaba el aire — Ya tenemos que entrar.— informo el abogado de nombre Simón.

Aquel chico miro a Simón asintiendo lentamente para después ir con el adentro.

Los padres de Spreen ya estaban dentro de aquel lugar, aquella madre lo miraba echándole ánimos.

— Tomen asiento todos.— ordenó aquel juez.

Aquel juez tomo la hoja contra Spreen.
Leyó lentamente mirando de reojo a Spreen tensandolo poco a poco.

Por otro lado, aquella señora se mostraba tranquila y muy confianda mientras tenía a la pequeña sentada en un asiento al lado de un oficial.

De repente el juez bajo la hoja golpea sola bruscamente con la mesa sobresaltando a Spreen.

— Iván ¿Cierto?.— pregunto recibiendo un sí por respuesta — Tengo una demanda contra ti, no busco argumentos, se suponen que me lo dieron en las redacciones.— explico para después mirar la señora — Lucia Pavón, madre de Clarisie Pavón. Se supone que el señor Iván maltrata a la niña.— decía mientras miraba la hoja.

— Sí su señoría.— respondía la señora segura.

— Pero yo no veo que la niña este mal.— decía aquel juez mientas se ponía los lentes para ver mejor — Se ve cansada es todo ¿De que maltrato me habla?.— preguntaba el juez visiblemente confundido.

— Yo...— intento hablar pero su abogado la interrumpió.

— Tengo algunas pruebas.— dijo de golpe aquel abogado de la señora.

Rápidamente se acercó mostrando unas fotos tomadas, viéndose a la niña regañada y otra aquella chica con manchas rojas en el cuerpo.

Por la segunda foto aquel juez parecía sorprendido.

Aquella gente empezó poco a poco murmura en la sala contra Spreen, mientras él mantenía su cuerpo firme junto con su cabeza, aunque por dentro se sintiera increíblemente nervioso.

— ¡Orden en la sala!— exclamo aquel juez visiblemente molesto.

Su mirada regreso a Spreen fría y distante haciendo que el chico se sobresaltada levemente.

✓// 𝐒𝐏ᛁ 𝘚𝘐𝘕𝘎𝘓𝘌 𝘍𝘈𝘛𝘏𝘌𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora