Una viajera de otro mundo.

28 4 2
                                    

<<Capitulo 1>>

"Una viajera de otro mundo."

☁⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊ ☁⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ☁⋆

Yo soy Columbine, y hasta hace unos cuantos meses, yo era solo una alumna a nivel profesional de clase baja que apenas y podía alimentarse como se debía. Permítanme contarles mi situación.

Volvamos a hace 10 meses. Justo en febrero, unas semanas antes de mi vigésimo cumpleaños. Asistí a la biblioteca, por unos libros de historia antigua de mi país.

―Buenas tardes, ¿Puedo ayudarle en algo, señorita? ― Me preguntó el bibliotecario; con una voz suave y tranquila, aunque sus ojos cansados lo delataban detrás de la sonrisa de bienvenida.

―Hola, buenas tardes... ― Dije, con voz temblorosa y acobardada, temiendo no encontrar lo que necesitaba para mi proyecto. ― ¿Libros de historia antigua?

―Siga aquel símbolo de allá, justo al final a la izquierda. Tenemos bastantes libros viejos. Ni siquiera yo estoy tan seguro de lo que haya ahí atrás; pero tal vez encuentre lo que necesita si los revisa. ― Me respondió, haciendo un gesto hacia el pasillo que me había indicado solo unos segundos antes.

☁⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊ ☁⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ☁

P.M.E. Matthew

☁⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊ ☁⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ☁

Mientras mis dedos se deslizaban y rozaban los lomos de los empolvados tomos, encontré uno que destacó y llamo mi atención rápidamente, como si me llamara. El tiempo me envolvió en la infinidad de sus minutos, se detuvo a mi alrededor cuando decidí sacar aquel libro. Era bastante pesado, a pesar de no ser tan amplio. Abrí el libro y comencé a hojear entre las páginas viejas y amarillentas. Pero a mi sorpresa, estaba escrito en un idioma distinto; una forma de escritura desconocida que no lograba comprender por más que mis ojos buscaban una pista de lo que el texto redactaba. Cuando comencé a darme por vencida, me refiero a casi a la mitad del tomo, pasé una página más. Y ahí, en aquella página incomprensible, incrustada directamente, había una gema, tan roja como la lava fundida.

Brilló bajo las tenues luces del atardecer que se infiltraban por las persianas llenas de telarañas. No podía quitarle mis ojos de encima. Era hermosa, llamativa y brillante. Podría hipnotizar a cualquiera que la viera.

La removí de su lugar con todo el cuidado del mundo, la tomé entre mis manos y la puse bajo la luz anaranjada del sol, para darle un mejor vistazo. Me pregunté a mí misma: '¿Que hace algo tan valioso atrapado en una biblioteca, esperando a ser tomado?' Muy bien, me atraparon. Tal vez pensé en llevarme la roca para mí sola. Pero, apenas me cruzó aquel pensamiento codicioso y egoísta por la cabeza, la piedra comenzó a emitir luz entre mis dedos y su temperatura subió. El brillo empezó siendo nada más un pequeño destello, pero pronto fui consumida en la luz cegadora y el calor radiante. Tomé una bocanada de aire y grité por ayuda cuando vi el suelo desaparecer bajo las suelas de mis zapatos, mi cuerpo pareció volverse ingrávido. Lo único que podía ver era la luz blanca que me consumía y como la biblioteca desaparecía a mi alrededor, me aferré al tomo y lo apreté contra mi pecho mientras sostenía la roca con mi mano derecha y cerré mis ojos, abriendo paso a cuál fuera mi destino.

Ya no estaba en la biblioteca, pude deducirlo por la repentina corriente de viento que chocó con mi piel y recorrió mi silueta como un río. Recuperé mi visión, pero, para mi horror, me encontraba en lo alto de las nubes. Comencé a caer en picada en cuanto la última pizca de luz y calor se desvanecen de la gema que mantenía apretada en mi mano. Sentía mi corazón golpearme en la garganta al mirar al campo de hierba, millas debajo de mi cuerpo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Piedra CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora