Capítulo 10: El Dolor de la Distancia

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A medida que pasaban los días, la distancia entre Lucía y Samuel parecía crecer cada vez más. A pesar de sus mejores esfuerzos por estar ahí el uno para el otro, las demandas de la vida y las luchas personales comenzaron a separarlos de una manera que ninguno de los dos había anticipado.

Una tarde, mientras Lucía se encontraba en su habitación estudiando para un examen, recibió un mensaje de Samuel. El corazón de Lucía se hundió al leer las palabras de Samuel, llenas de tristeza y desesperación.

**Samuel:** "Lucía, lo siento, pero no puedo hacer esto más. Estoy luchando demasiado y no quiero arrastrarte conmigo. Necesito tiempo para mí mismo. Lo siento."

Las lágrimas llenaron los ojos de Lucía mientras leía el mensaje una y otra vez, sin poder entender cómo las cosas habían llegado a este punto. Se sentía como si su mundo se estuviera desmoronando a su alrededor, incapaz de detenerlo.

Con manos temblorosas, Lucía escribió una respuesta a Samuel, tratando desesperadamente de convencerlo de que no se rindiera, de que juntos podrían superar cualquier obstáculo. Pero sus palabras parecían vacías y sin sentido, perdidas en el abismo de la desesperación.

Después de enviar el mensaje, Lucía se dejó caer en la cama, sintiendo cómo el peso del dolor y la tristeza la envolvían por completo. Se sentía sola y perdida, incapaz de encontrar consuelo en medio de la oscuridad que la rodeaba.

Las lágrimas seguían fluyendo, sin signos de detenerse. Se sentía como si un pedazo de su corazón se hubiera roto, dejándola vacía y sin esperanza. En ese momento, el dolor de la distancia entre ella y Samuel era casi insoportable, un recordatorio constante de lo frágil que era el amor y lo fácil que podía desaparecer.

Entonces, un temblor comenzó a recorrer su cuerpo, seguido de una sensación abrumadora de opresión en el pecho. Lucía sintió como si el aire se volviera denso, como si estuviera siendo aplastada por una fuerza invisible.

El pánico la consumió mientras luchaba por respirar, sus pensamientos se convirtieron en un torbellino de dudas y auto-recriminación. ¿Había hecho lo suficiente por Samuel? ¿Podría haberlo ayudado más? El sentimiento de impotencia la envolvió, dejándola paralizada por el miedo y la ansiedad.

Mientras tanto, en el otro extremo de la ciudad, Samuel enfrentaba sus propios demonios. Una pelea con su madre había desencadenado una cascada de emociones negativas, llevándolo de vuelta al abismo de la adicción y el dolor.

Al escribir su mensaje a Lucía, Samuel se sentía abrumado por la culpa y el remordimiento. No quería arrastrarla con él a su oscuridad, no quería ser responsable de su sufrimiento. Pero en su desesperación por escapar del dolor, no había visto otra opción que alejarla de su vida.

El peso del dolor y la tristeza pesaba sobre los hombros de Lucía, haciéndola sentir como si estuviera luchando contra una tormenta sin fin. En ese momento de desesperación, se dio cuenta de que su amor por Samuel era más fuerte que cualquier distancia o adversidad, y que no podía rendirse tan fácilmente.

Con lágrimas en los ojos y el corazón lleno de determinación, Lucía se prometió a sí misma que encontraría una manera de superar este obstáculo, de encontrar la luz en medio de la oscuridad. Porque aunque el camino fuera difícil y lleno de dolor, sabía que valía la pena luchar por el amor que compartía con Samuel.

"Sombras y Destellos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora