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Jimin pasó la noche en la casa de Yoongi, aunque su mente no dejaba de dar vueltas sobre el contrato. No sabía si sería una buena idea perder su virginidad de esa manera, por un contrato, pero la idea de ser el sumiso de Min le resultaba intrigante. Cuando se despertó, Yoongi ya estaba en la habitación. 

—Buenos días, Jimin —dijo Yoongi con su tono usual, suave pero firme. 

Jimin parpadeó, aún somnoliento, antes de sentarse en la cama y tratar de acomodarse el cabello, aunque este seguía algo desordenado. 

—Buen día, señor Min… ¿Qué hora es? —preguntó, sintiendo la incomodidad de la situación. 

—Las 11:05, ¿por qué? —respondió Yoongi mientras se sentaba a su lado, acariciándole la cabeza. 

─Ayer me fui sin avisarles a Jin y Nam dónde estaba. Seguro están preocupados. —Jimin levantó la mirada, buscando su teléfono. 

—Avísales ahora, ¿o prefieres irte? —preguntó Yoongi, sin dejar de mirarlo. 

—Señor Min, mejor me voy —respondió rápidamente, sin pensarlo mucho, mientras se levantaba de la cama. 

Yoongi asintió, levantándose también y saliendo de la habitación mientras Jimin buscaba su teléfono bajo las almohadas. 

Jimin rápidamente le mandó un mensaje a Nam, disculpándose por no haber avisado antes. 

.

[Chat: Nam]

Jiminn

¿Dónde estás, Park?

Jimin?

Hey 

Jimin responde
 
Jin y yo nos estamos por ir

…?

—¡NAM! LO SIENTO, me fui y no los encontré para avisarles.

—Estoy por ir a tu casa. 

—Perdóooon... 

Después de enviar el mensaje, Jimin se levantó de la cama y se puso su camisa, zapatos y salió de la habitación para encontrar a Yoongi en el salón, sentado en un sillón negro mientras acariciaba un pequeño gato blanco. 

—Jimin, ahí está el baño —dijo Yoongi señalando una puerta—, lávate la cara. 

—Sí, señor Min. —Jimin caminó hacia el baño, realizando sus necesidades y lavándose la cara. Mientras se secaba, escuchó a Yoongi hablar por teléfono en voz baja, aparentemente molesto. Intentó no prestarle atención y, al terminar, salió y se acercó a Yoongi. 

—¿Señor Min…? 

—Dime —respondió Yoongi, con una mirada fría que sorprendió a Jimin. 

—¿Estás… bien? —preguntó Jimin, notando la tensión en el aire. 

—Sí. ¿Por qué la pregunta? —Yoongi lo miró fijamente. 

—No… por nada —respondió Jimin, sacando su teléfono para ver la hora 

—¿Ya te vas? —Yoongi lo observó mientras él intentaba mantener la calma. 

—Sí, señor Min, ya le avisé a Nam que iría a su casa. 

Yoongi asintió y se levantó, acercándose a Jimin. Sin pensarlo, dejó un beso en la punta de su nariz, dejándolo en un estado de nerviosismo total. 

—Está bien, Jimin. Nos vemos mañana —dijo Yoongi antes de girarse y dejar que Jimin se marchara rápidamente. 

Jimin salió rápidamente de la casa de Yoongi, caminando hacia la de Nam. Su mente estaba a mil por hora. ¿Qué pensaría Nam sobre todo esto? ¿Le contaría lo de anoche? ¿Debería inventar una excusa? 

Al llegar, Jungkook lo recibió con una sonrisa burlona. 

—La pasaste bien anoche, por lo visto —comentó, con una sonrisa traviesa. 

—¡Ja! Sí, demasiado bien —respondió Jimin, sin poder evitar sentirse algo incómodo. 

—¿Y quién era la chica? —preguntó Jin en un tono burlón, haciendo que Jimin se quedara en silencio, sin saber qué responder. 

—Eh… bueno.

.

Esa tarde, Jimin pasó un buen rato con sus amigos, pero no pudo dejar de pensar en lo que sucedió anoche. Cuando llegó a casa, se tomó una larga ducha y, mientras se ponía algo cómodo para acostarse, su mejor amigo Taehyung lo llamó. Hablaron durante un buen rato, y Jimin le contó todo sobre la noche anterior, lo del contrato y lo bien que se había sentido con Yoongi. 

Al colgar, Jimin se quedó mirando su teléfono. Mañana firmaría ese contrato. Pero, más allá del contrato, lo que le tenía más nervioso era Yoongi. 

Con esos pensamientos, Jimin finalmente se quedó dormido, ansioso y confundido por lo que vendría.


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