Demonio Azul: El Juego De La Muerte

Capítulo 1. El Inicio.

Se dice que en una mansión a las afueras del pueblo de Flourench viven monstruos...

Era un día hermoso en el pueblo de Flourench, un día como cualquiera en un pequeño pueblo donde la flora y la fauna abundan, un pueblo rodeado por un basto bosque, donde los rumores abundan, rumores sobre brujas, demonios, fantasmas, sobre cualquier criatura mítica.

Esta historia trata sobre cuatro estudiantes de preparatoria, uno de ellos es de estatura media, no mas de 1.63 de altura, rubio de ojos cafés y delgado de nombre Rubén, siempre hacía creer que no le temía a nada y siempre vestía con ropa de buenas marcas, en pocas palabras el nene ricachón del grupo; Mónica, de cabello castaño claro de una estatura de 1.60, delgada de ojos grandes y verdes, es la más audaz, valiente y sabia al igual que muy analítica y sensitiva, no era la más bonita de su grupo de clases, pero algo en ella hacía que los muchachos se fijaran en ella; Ignacio, el más inteligente de su pueblo, de pelo negro y ojos miel, muy pálido, de 1.70 de estatura, un poco presumido por sus calificaciones de excelencia, y por último William, guitarrista y compositor, deportista, mejor amigo de Ignacio y novio de Mónica, de pelo castaño claro largo, siempre atado en una coleta, semi-robusto de ojos azules mide 1.87 es el más alto de los 4.

-¡Hey, chicos!, ¿ya se enteraron?- gritó Mónica desde la entrada de la escuela con una mano alzada y sacudiéndola de lado a lado, sosteniendo una hoja de periódico.

-¿Qué pasa Mónica?- dijo William con una expresión sorprendida, pero a la vez asustado debido a los gritos de Mónica.

-Ayer mi... Papá... Compró el... Periódico ¡Ahh...! ¡Fiuuu...! Y vi que en la parte de atrás venía esta nota, miren, escuchen: Joven Mario Silvino desaparecido... -

- Y... ¿eso que tiene de interesante? - preguntó Ignacio mirando a Mónica muy serio.

-¡Déjala terminar, Ignacio! - dijo Rubén molesto -¿ Cómo vamos a ver que tiene de interesante si... Si no la dejas terminar? -

-Ja ja ja... Está bien Rubén ja ja ja... -

-¡Ya basta! Dejen me leer ¿si? Digo, ¿si no es mucho pedir? -
Esas palabras que salieron de la boca de Mónica los dejó helados, no solo por el tono chillón de su voz, si no por la mirada que les dirigió.
-¡Ejem! El día sábado 7 de octubre el joven de 10 años, fue reportado como desaparecido a las autoridades del pueblo de Flourench, la madre del joven, la señora Julia Silvino, dijo que su hijo iba a ir a pasear por el bosque como de costumbre, este nunca regresó, policías lo buscan por el bosque, ellos sospechan que pudo haberse refugiado en la mansión abandonada de los Carrington, situada a unos 30 Km de la salida Este del pueblo. Cualquier informe sobre el paradero del joven llamar al 209-504-578.-

-¡Tsch! Puras tonterías... ¿a quién se le ocurre hacer semejante cosa? -

Dijo Ignacio, cruzando sus brazos y agachando la cabeza con los ojos cerrados.

-¿Por qué lo dices Ignacio? -

Dijo William con su típico tono burlón, mirándolo con sus ojos grandes azules.

-¡ Claro! Solo dime, qué lógica tiene el salir al bosque a "pasear" y no dejar por lo menos señales para poder regresar fácil al pueblo, es más, a las afueras del pueblo hay muchos caminos

Ignacio parecía indignado.

-Y... ¿qué tal si Mario se fue a la mansión de los Carrington? Dicen que ahí viven vampiros y monstruos, a lo mejor se lo comieron. -

-¡RUBÉN! -

Gritaron Mónica y William al mismo tiempo que miraban a Rubén, éste encogió los hombros, apretó los puños y los ojos.