El sol comenzaba a asomarse por el horizonte cuando Lucía salió de su casa esa mañana. El aire fresco y la suave brisa le dieron la bienvenida mientras se dirigía al centro de rehabilitación para encontrarse nuevamente con Samuel. Aunque aún había incertidumbre en su corazón, también había una chispa de esperanza que la impulsaba hacia adelante.
Al llegar al centro, fue recibida por la misma enfermera de siempre, quien la condujo a la sala de visitas donde esperaba Samuel. Esta vez, no había comida especial ni sorpresas, solo la promesa de estar allí el uno para el otro, como siempre lo habían estado.
*Lucía:* "Hola, Samuel. ¿Cómo amaneciste hoy?"
*Samuel:* "Hola, Lucía. Un poco mejor, supongo. Gracias por venir."
Lucía se sentó frente a él, sosteniendo su mirada con ternura. Había una conexión especial entre ellos, una complicidad que trascendía las palabras.
*Lucía:* "Samuel, quiero que sepas que no importa lo que suceda, siempre estaré aquí para ti. Juntos podemos superar cualquier obstáculo."
Samuel asintió con gratitud, sus ojos reflejando una mezcla de emociones.
*Samuel:* "Gracias, Lucía. Significa mucho para mí saber que tengo tu apoyo."
Pasaron el resto de la mañana conversando sobre todo y sobre nada, compartiendo risas y confidencias como lo habían hecho tantas veces antes. A medida que el tiempo pasaba, Lucía sentía cómo la pesadez en su pecho comenzaba a disiparse, reemplazada por una sensación de calma y serenidad.
Después de un rato, Samuel sacó su guitarra y comenzó a tocar una melodía suave, invitando a Lucía a unirse a él en un momento de música y alegría. Juntos, cantaron canciones que hablaban de amor y esperanza, dejando atrás por un instante las preocupaciones y los problemas que los rodeaban.
De repente, Lucía tuvo una idea brillante. Invitaron a otras personas del centro de rehabilitación a unirse a ellos en un canto armonioso, formando un coro improvisado que llenó la sala con su música esperanzadora.
A medida que el día llegaba a su fin, Lucía se despidió de Samuel con una sensación de paz en su corazón. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero también sabía que, con amor y apoyo mutuo, podrían superar cualquier desafío que se les presentara.
Al salir del centro de rehabilitación, Lucía se detuvo por un momento para mirar el cielo que se teñía de tonos dorados al atardecer. Era un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay un nuevo amanecer esperando al final del camino. Y con esa certeza en su corazón, Lucía se dispuso a enfrentar el futuro con valentía y determinación.
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"Sombras y Destellos"
RomanceEn "Sombras y Destellos", seguimos la historia de Lucía, una joven de 18 años que, en una fiesta, conoce a Samuel, un hombre misterioso y carismático de 25 años. A través de miradas y sonrisas, comienzan una conexión inesperada que los lleva a larga...