Lucía estaba en su habitación, sumida en sus pensamientos, cuando escuchó un fuerte golpe en la puerta. Al abrir, se encontró con la madre de Samuel, con una expresión de angustia y preocupación en el rostro.
*Lucía:* "Señora, ¿qué sucede?"
*Mamá de Samuel:* "Lucía, ¿dónde está Samuel? Necesito verlo."
Lucía sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Sabía que Samuel estaba en el centro de rehabilitación, pero no estaba segura de si debía decirle a su madre.
*Lucía:* "Está en el centro de rehabilitación, señora. Está recibiendo tratamiento."
La madre de Samuel la miró con incredulidad, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. Sin decir una palabra más, se dio la vuelta y salió de la casa, seguida de cerca por el padre de Samuel.
Lucía se quedó paralizada, sin saber qué hacer. Temía lo peor, sabiendo que la visita de los padres de Samuel solo podía significar problemas.
Unas horas más tarde, recibió una llamada del centro de rehabilitación. Era Samuel, visiblemente alterado y angustiado.
*Samuel:* "Lucía, mis padres vinieron a verme. Me dijeron cosas terribles, me hicieron sentir como si no valiera nada."
Lucía sintió cómo el corazón se le encogía de dolor al escuchar las palabras de Samuel. Sabía lo frágil que era su recuperación, y temía que esta visita hubiera sido demasiado para él.
*Lucía:* "Samuel, por favor, no escuches lo que dicen tus padres. Tú eres fuerte, puedes superar esto."
Pero las palabras de consuelo de Lucía no fueron suficientes para calmar la tormenta que se había desatado dentro de Samuel. En un momento de desesperación, decidió buscar refugio en las drogas y el alcohol, una vez más.
Cuando Lucía se enteró de lo que había sucedido, sintió cómo el mundo se derrumbaba a su alrededor. Había hecho todo lo posible por ayudar a Samuel, pero parecía que nada de lo que hacía era suficiente.
Se dirigió al centro de rehabilitación lo más rápido que pudo, con el corazón lleno de miedo y ansiedad. Al llegar, encontró a Samuel en estado crítico, luchando por mantenerse consciente.
*Lucía:* "¡Samuel, por favor, despierta! No puedes rendirte ahora, no después de todo lo que hemos pasado juntos."
Pero Samuel yacía allí, inmóvil, su cuerpo luchando contra los efectos mortales de la sobredosis. Lucía se aferró a su mano con desesperación, rogando por un milagro que parecía cada vez más lejano.
En medio de la confusión y el caos, Lucía se dio cuenta de que esta era la prueba más difícil a la que se habían enfrentado jamás. Pero también sabía que, si había alguna esperanza de salvar a Samuel, tendría que encontrar la fuerza para seguir adelante, incluso cuando todo parecía perdido.
De repente, la madre de Samuel irrumpió en la habitación, con una mirada de furia en los ojos.
*Mamá de Samuel:* "¡Tú eres la culpable de todo esto, Lucía! Si no lo hubieras llevado a ese maldito centro, nada de esto habría pasado."
Lucía sintió el impacto de las palabras de la madre de Samuel como un golpe en el pecho. Antes de que pudiera decir una palabra, la mujer le dio una bofetada y salió corriendo de la habitación.
Lucía se quedó aturdida, sintiendo el ardor en su mejilla donde la mano de la madre de Samuel la había golpeado. Pero en medio de su dolor físico y emocional, sabía que tenía que mantenerse fuerte por Samuel.
Sin embargo, algo dentro de ella se quebró en ese momento. La angustia y la culpabilidad la abrumaban, haciéndola cuestionar cada decisión que había tomado hasta ese momento.
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"Sombras y Destellos"
RomanceEn "Sombras y Destellos", seguimos la historia de Lucía, una joven de 18 años que, en una fiesta, conoce a Samuel, un hombre misterioso y carismático de 25 años. A través de miradas y sonrisas, comienzan una conexión inesperada que los lleva a larga...