La mujer de Forster, no

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Hange se quedo viendo a Levi, sin pronunciar ninguna palabras, se frotaba las manos con nervios, se miraron durante unos minutos hasta que ella bajo la mirada pensativa, Levi fue quien corto aquel silencio incomodo.


- Buenas tardes, Señorita Zoë. Es un gusto verte de nuevo.

- Ahora soy Hange Forster, debes llamarme señora Forster, recuerdas estoy casada -Pronuncio con ironía en su voz. - Vine a verte porque solicitas mi ayuda con la escuela, pero siento que voy a sobrar, por lo que veo tienes mucho apoyo. 

- Hange...por favor debemos hablar, debo decirte la verdadera razón por la que nunca te encontré.

- No tenemos que hablar, padre Ackerman, eso es pasado. 

- Escuche que tu esposo no es un buen hombre.

-  ¿Se deja llevar por chismes? Floch es complicado, pero no... -Hange pauso su voz, era cierto su esposo era un desgraciado, pero no podía revelar a Levi todas las cosas, no estaba preparada.

- ¿Eres feliz?

- Define felicidad Levi, porque se que tu felicidad esta con tu dios.

- Sigues siendo tan testaruda con Dios, se que pasaste muchas cosas, lo siento Hange, se que tengo la culpa, que no puedo cambiar lo que viviste, pero Dios así lo quiso.

- ¡Vaya! En serio, siento que estas mas religioso que antes.  -Rodo los ojos con molestia.

- Me caí de mi caballo, cuando salí a buscarte, para escapar. Fue la decisión de Dios, mi deber es con mi fe, ahora lo entiendo, pero te quiero ayudar, si me dejas... -Levi clavo sus ojos azul gris en ella, con la esperanza de que ella lo escuchara y aceptara su ayuda.

- No necesito su ayuda padre Ackerman, estoy perfectamente bien, siendo la esposa de Floch Forster. Entiende, si quiere ayuda con su escuela lo puedo hacer, en mis tiempos libres, los niños no tienen la culpa.

- Hange...

- Para usted soy la señora Forster.

- Para mi siempre serás mi señorita Zoë.


Levi trato de tocar su mano, pero Hange no se lo permitió, una mirada llena de rencor lo recorrió, ella solo soltó un "Debo irme". La castaña dio media vuelta, empezando a caminar deprisa, no podía quedarse cerca de Levi, no sin pensar en todo lo que habían vivido juntos, el pecho le apretaba con fuerza, su corazón estaba tan acelerado, no negaba que aun lo amaba, pero la vida le había dado tantos golpes, su padre Ackerman jamás la busco, la dejo sola sufriendo durante un largo tiempo. Los recuerdos de su boda y su vida con Floch la visitaron mientras seguía saliendo de aquel lugar. 


Hace cinco años.


La boda se realizo en aquella iglesia, al salir la llevaron a una gran fiesta, donde se encontraban los amigos y familia de su esposo, todo era risas, conversaciones, licor y comida, Hange no mostraba felicidad en su rostro sino amargura y tristeza, Floch permanecía conversando con sus amigos, de vez en cuando le regresaba a ver. El manto de la noche los cubrió llevando a los esposos a sus recámara. 

El fue quien se desvistió primero, quitando aquel chaleco negro formal, paso a quitarse la camisa blanca y el pantalón del mismo color quedando en ropa interior.


- Te debes desnudar, ahora. Quiero salir con mis amigos mas tarde.

EL PADRE ACKERMAN Y LA SEÑORITA ZOËDonde viven las historias. Descúbrelo ahora