1. PAPA ESTA BORRACHO

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No sé cómo sucedió, pero me encontré con la mano de mi padre en mis muslos mientras murmuraba el nombre de mamá

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No sé cómo sucedió, pero me encontré con la mano de mi padre en mis muslos mientras murmuraba el nombre de mamá.

Volvamos atrás, hace aproximadamente una hora.

Ya eran casi las 2 de la mañana cuando empecé a tener fiebre, así que me levanté y fui a buscar a mi madre. Ella se levantó y me pidió que me acostara en el lado de la cama de papá, quien no estaba en casa ya que se había ido a beber con sus amigos.

Como no había medicinas ni pastillas, mi madre decidió ir a la farmacia, que no estaba precisamente cerca. Antes de irse, me arropó bien en su cama con dos sábanas y solo dejó encendida la luz de la mesita de noche de su lado, que no iluminaba mucho.

Esperé por lo menos veinte minutos a mi madre, pero nunca llegó y el sueño me fue venciendo.

Fue entonces cuando sentí una mano en mi muslo, pensando que era mi madre despertándome para darme la medicina, pero luego escuché la voz de mi padre llamando a mamá de una manera bastante provocativa. Eso me hizo despertar por completo, pero solo abrí los ojos ligeramente y no me levanté ni me moví de mi lugar.

- Pero qué piernas tan suaves. - las acariciaba de arriba abajo un poco brusco. - Desde cuándo tienes la piel de bebé, podría jurar que son las piernas de mi princesa Amelie. - Esa última frase me dejó completamente desconcertado y, por inercia, abrí las piernas. Lo que dijo no me asustó, al contrario, me excitó muchísimo.

La voz de mi padre me sacó de mi trance. - Pero shhh, nadie sabe que en las noches disfruto de sus piernas y trasero. - Ya no podía aguantar más, las manos de mi padre en mi cuerpo me provocaron un aumento de la fiebre. Quite mis bragas lentamente con ayuda de mis pies y cuando lo hice encontré su mano y la acerqué hacia mi vagina, la cual estaba completamente rasurada y mojada.

- Pero Marisa, ¿te has estado rasurando? Eso me encanta. Aunque no tanto como el de mi Amelie. - Involuntariamente escapó un gemido de mis labios, y rápidamente me cubrí la boca tratando de reprimirme.

- Déjame escucharte más, mi amor. Gime para mí. - Empezó a acariciar mi clítoris encima de mis bragas de manera lenta, lo que me ponía loca. Yo quería que me tocara con más intensidad, que me dejara inmóvil en una silla de ruedas por un mes.

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⏰ Última actualización: May 30 ⏰

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