Capítulo 4: Mi desaparición

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La noche en que la figura de Kim Nam-joon se eclipsó tan repentina como misteriosamente, su mejor amigo, Min Yoon-gi, recorrió los alrededores del bar donde la banda presentaría su show, esperando dar la vuelta en una esquina y chocarse con él, pero eso jamás ocurrió. Poco menos de una hora más tarde, una patrulla de policía estaba estacionada a unos metros de la entrada al recinto.

―¿Dices que salió a fumar y desapareció? ―indagó el oficial Jung Ho-seok.

―Exactamente.

―¿Cuál fue el tiempo estimado? ―preguntó con un tono firme, manteniendo la vista en su pequeña libreta.

―Unos... diez, tal vez quince minutos.

―Es muy específico, señor Min ―dijo, conteniendo una sonrisa.

―Estaba al pendiente de la hora porque teníamos que subir al escenario.

―Él no hace estas cosas... Algo malo le pasó ―comentó Jackson.

El oficial terminó de tomar nota y al alzar la vista, observó a su compañero a distancia, encogido contra uno de los pilares de la galería que rodeaba la salida trasera del lugar.

―Jimin... ―Se detuvo detrás de él―, ¿todavía te sientes indispuesto?

―O-odio que llueva. La humedad, los olores... me descomponen ―susurró, luego de quitarse los anteojos oscuros y guardarlos dentro de su chaqueta.

El muchacho se giró hacia su camarada y le entregó una pequeña bolsa plástica que habían dejado en su poder, la cual contenía el cigarrillo que había sido dejado atrás por el presunto desaparecido.

―Entrégaselo al equipo de investigación. Dudo que encuentren huellas además de las de Kim, pero más vale estar seguros.

―Correcto. ―Asintió y tomó la bolsa.

―Las únicas salidas posibles de esta área son la de emergencia, el acceso que conecta con la calle de allá y el cercado de alambre al otro extremo ―dijo, señalando en cada punto mencionado―. No hay signos de que hayan saltado el enrejado, así que me doy el lujo de descartarlo. Sin embargo, en el lodo y césped hay unos pequeños surcos, donde estaba el cigarrillo, como si alguien...

―Arrastrado, ¿eh?

―Sí. Y habrá pisadas también, pero a estas alturas, con la lluvia, ya se habrán borrado.

Ho-seok paseó sus ojos por el panorama, luego volvió su atención hacia su compañero y levantó solo una de las comisuras de sus labios.

―¿Pudiste ver todo eso desde aquí y las gafas de sol puestas? Digo, no vi que te movieras de donde estás ni que levantes los lentes tampoco.

―Tengo un muy buen ojo ―respondió y, coqueto, le regaló un guiño.

El receptor ensanchó la mueca en su rostro, dejando ver un pequeño hoyuelo. Tuvo intención de replicar, pero las exclamaciones de una mujer les arrebataron el encanto. Se trataba de la novia del desaparecido, quien estaba muy afectada por el hecho.

―Será una noche larga ―suspiró el oficial Park Jimin, avanzando a paso perezoso hacia donde se situaba la muchacha.

Compartió sus observaciones y especulaciones con los allegados de Kim Nam-joon. Ho-seok se quedó a su lado, tomando nota de pequeños detalles y observándolo encandilado por momentos. Incluso con esa voz barbuda que expresaba cansancio, Jimin era exhaustivo en sus explicaciones, y se le daba muy bien además; era alguien muy grato de escuchar.

Más tarde, ellos en una patrulla y otros dos colegas en otra hicieron un recorrido por la zona para ver qué podían encontrar. Los amigos y la pareja de Kim se unieron, pero para infortunio de todos, no encontraron ni la más mínima pista del posible paradero de la potencial víctima, aunque se abstenían de referirse a él como tal; solo sembrarían pánico y no era la idea.

Loveless (+21) [JinNam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora