☪┃ᴀ ᴍᴀɴ ᴀɴᴅ ᴀ ᴡɪᴅᴏᴡ «𝗞𝗡𝗝»²

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Desde ese día comencé a darle consejos a Naeun sobre cómo mejorar la conducta de Minjae tanto en casa como en el colegio

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Desde ese día comencé a darle consejos a Naeun sobre cómo mejorar la conducta de Minjae tanto en casa como en el colegio. Básicamente se trataba de no reírle las gracias cuando éstas tenían una connotación claramente negativa, y dejar de consentirle hacer cosas que no estuviese dispuesta a seguir tolerando en el futuro. Por otra parte, debía consensuar con Minjae una serie de normas de conducta que implicarían ciertos premios establecidos de antemano, así como los castigos correspondientes en caso de no ser responsable con dichas normas y obligaciones. 

A continuación sugerí a la viuda la posibilidad de plantear a su hijo un gran reto a lo largo del curso y, en caso de lograr superarlo, una recompensa especial: un viaje en avión a alguna capital europea, un scooter, o algo que a Minjae le hiciera especial ilusión. Por último, le recomendé que cada noche le leyera un capítulo de David Copperfield, la novela de Charles Dickens, un verdadero manual sobre cómo salir adelante en la vida. Sobre el asunto de que Minjae nos espiase cuando hacíamos el amor, optamos por no hacer nada de momento. Aunque la viuda fuera una mujer bastante tradicional y estricta en cuanto a disciplina, nuestra opinión respecto a la curiosidad del chico coincidió, considerándola algo natural y beneficioso para él.

Además, el cura del pueblo, un setentón amable y bonachón, insistía cada sábado por la tarde en que había que amar al prójimo y, para Naeun, Minjae era el prójimo más importante, un muchacho al que tenía el deber de educar y proteger. Ambos queríamos pues lo mejor para el chico, y eso implicaba instruirse, desarrollarse y llegar a valerse por sí mismo, y el sexo es parte intrínseca de la vida. Antes o después, el muchacho acabaría necesitando una profesora que le enseñara, y quién mejor que la piadosa mujer que velaba por él. Curiosamente, la actitud de Minjae en clase cambió de la noche a la mañana. 

De pronto, Minjae parecía sentir auténtica devoción por mí. Estaba fascinado por lo que me había visto hacer con su madrastra, y me admiraba por ello. Me convertí en una especie de líder para él, alguien en quien confiar e imitar. De manera que el muchacho comenzó a tratarme de acuerdo con ese nuevo respeto que yo le imponía, y a comportarse en clase como Dios manda. Por contra, de forma injusta, machista e hipócrita, el muchacho comenzó a considerar a Minjae como una gruñona que le vigilaba y amargaba la existencia, que se ponía pesada con que se lavase los dientes y que se enfadaba con él si remoloneaba a la hora de irse a la cama. 

Su actitud en casa empeoró en lugar de mejorar, mostrando incipiente rebeldía y siendo desdeñoso con su madrastra. Minjae no alcanzaba a comprender que Naeun le quería y que sólo trataba de enseñarle a tener orden, de inculcarle unas normas elementales para no meterse en líos, ser útil a los demás, y triunfar en la vida. El chico no parecía darse cuenta de que, gracias a su madrastra, podía aprender muchas cosas sobre el género femenino y saciar su creciente curiosidad. Se hacía necesario que hablara con él, así que un día que los chicos salían al recreo le cogí por banda y me lo llevé a un rincón.

—Minjae, tu madre me ha comentado que le levantas la voz y no la tratas con respeto. Ella trabaja mucho, y está cuidando de ti. Explícame, si aquí te comportas como es debido, ¿qué te ocurre en casa? —inquirí— ¿Por qué no aprecias a tu madre como merece? Vamos, di.

«𝗕𝗧𝗦» 𝐃𝐈𝐑𝐓𝐘 & 𝐇𝐎𝐓 𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora