Llego la noche tapando el mundo mágico en una capa negra haciendo el lugar oscuro para que nadie ni un ser descubra unas magos corriendo a toda velocidad bajo la lluvia hacia una casa que estaba ubicada en los más profundo el bosque prohibido.
-Rápido.- grito acelerando su corrida seguido de unos magos que caminaron más rápido.
En el transcurso del camino se topaban con animales o seres desconocidos que los atacaba a cada rato o cuando estaban es sus propiedades pero ellos siendo magos se protegían o los atacaba.
El camino fue tan largo hasta llegar a su destino. Los magos se detuvieron parados viendo a la nada o eso creían hasta que el que estaba encargado se acerco susurrando unas palabras haciendo que se muestre una pared transparente y abriendo un laberinto.
-Entremos.- los otros asintieron siguiendo al otro. Cuando todos estuvieron adentro la pared se comenzó a cerrarse poco a poco hasta cerrarse completamente.
Siguieron corriendo por el laberinto hasta llegar al final se encontraron con una casa un poco vieja y una persona parada en la entrada con los brazos cruzadas y los ojos cerradas pero los abrió cuando sintió la presencia de los intrusos que pararon su corrida hasta pararse delante de la casa.
-Que desean en mi murado hogar.- dijo viendo a los intrusos que ozaron entrar a su propiedad sin ningún permiso.
-Lo sentimos por entrar sin permiso.- se reverenció a la persona y los otros también.- pero vinimos a..-pero esa persona les interrumpió.
-Se bien a lo que han venido.- dijo la persona seria.- pero saben cual es el preció, nos es así.- les preguntó.
-Sabemos bien las consecuencias y es por eso que estamos aquí .- respondió otro mago haciendo que esa persona suelte una sonrisa.
-Bien.- abrió la puerta entrando a la casa sin antes.- síganme.
Se miraron un momento entre ellos cuando otro mago hablo.
-Están seguros de esto.- dijo un mago mirando a sus compañeros que estaban pensativos.
-No nos queda de otra.- contestó otro mago.
-Es la única manera para deshacernos de él.- otro mago habló.
-Señor.- miraron a su líder que tenía los ojos cerrados con los brazos cruzados mientras escuchaba lo que decía sus hombres.
- Entremos.- diciendo solo eso siguió donde se fue esa persona dejando a sus acompañantes confundidos mirando como su jefe se perdía de vista.
-Es un no o un sí.- preguntó otro mago sin entender.
Todos mirándose entre ellos tomaron valentía donde sea, entraron siguiendo a su señor haciendo que la puerta se cerrara a golpe.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.-Mira Harry, te traje esto para tu embarazo.- dijo mostrando un frasquito pequeño conteniendo un líquido transparente.
-Y para qué.- miro el frasquito entrañado, no le daba una buena pinta lo que contenía ese frasco.
-Es para que cuando nazca tu bebé.- tragando un poco la saliva para secar su garganta comenzó.- tenga una buena salud.- le explico que para Harry no convencido iba a rechazarlo pero su amigo Ron se interpuso convenciéndole en tomarla para que su bebé no nazca enfermo o alguna una enfermedad extraña que acepto tomarla.- tómatelo rápido, pueda que pierda sus efectos.- destapo el tapón dándole para que se tome.
-Esta bien.
Harry llevando el frasquito a sus labios se tomo haciendo que el líquido baje por su garganta hasta su cuerpo mientras sus amigos miraban como poco a poco el líquido se perdía de vista hasta quedar vació el frasco.
ESTÁS LEYENDO
𝐿𝑎 𝑃𝑟𝑜𝑓𝑒𝑐𝑖𝑎
RandomUn bebé, un heredero, un soberano y una profecía. ¿Qué pasará con el mundo mágico?.