Cap 83

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Se lograron victorias y en otras bajas significativas. Tom Riddle estudiaba muy bien sus estrategias, temía realizar una mala jugada y que su imperio cayera sin aún haber empezado. Su corazon lleno de la más podrida maldad se aceleró al escuchar en las calles y en los periódicos la gloriosas palabras de que su peliblanca había logrado su cometido en aquella misión.

"Ministro muerto tras ataque de los llamados mortifagos"

Por un momento dejó de ser aquel tirano, brindó el banquete más lujoso para sus mortífagos. Ansiaba  ver a la causante de su retorcida alegría, espero borrando su alegría en un seño ofendido y de molestia total.

En otra parte ajenos a las reuniones o recompensas por sus logros en aquella fría mansión se encontraban en una lucha silenciosa dos magos que no apartaban la mirada del otro.

-Han pasado dos semanas Severus- mencionó con la mirada puesta en aquella sala, golpeaba la punta de sus dedos en la madera de aquella mesa pequeña. -Necesita salir, me temo que el lord no aguantará más,  una pobre excusa de mi parte- esperó pacientemente una respuesta de su amigo.

El pelinegro caminaba observando cada florero, libro o adorno de aquella habitación. Estaba en una situación muy molesta, siendo sinceros desde que se habían vuelto marido y mujer, Severus no se había mudado oficialmente a la mansión.

Unos pasos fuertes se escuchó a lo lejos, los ecos podían oirse hasta donde estaban, se vieron un momento pensando en cierta peliblanca. Al abrirse la puerta una cabellera rubia frustró sus pensamientos. Lucius se levantó para ofrecerle su asiento a su esposa y su querido hijo.

-Me imaginé que estarías aquí- Narcissa abrazo a su esposo con el bebé medio dormido entre ellos. Fijo su mirada en aquel hombre que se notaba cansado -Buenas tardes Severus-

El pelinegro respondió el saludo, le ofreció té que la dama aceptó. Se sentaron ahora los tres en un silencio nada tranquilizador, Malfoy miraba con reproche a su amigo. Esperando que este tuviera la iniciativa de ver cómo estaba Eris.

Por la ventana se observaba el comienzo de una tormenta, el frío comenzaba a inquietar al bebé. Decidiendo marcharse a la sala donde los esperaba una fogata que les daría calor.

-Severus perdón que te moleste- Narcissa no quería esperar más -¿Crees que pueda ver a Eris?-

Por fin Snape dejó su mente de lado para escuchar la voz de la dama, su corazón le gritaba que subiera. Después de todo le debía tanto a la mujer que era su esposa, trago para acercarse hasta la rubia.

-No puedo impedir nada en esta casa Narcissa-

La nombrada suspiro para levantarse, rápidamente su esposo quería ayudarla con el bebé, sin embargo, esta evitó para que su plan funcionará. Pidió disculpas y subió, ninguno de los hombres le quitó la mirada.

Subió despacio cada escalón para que Draco no se molestará, contó las puertas hasta llegar a la indicada. No tocó, solo abrió lentamente. Una gran oscuridad le dio la bienvenida.

-Esta bien mi amor, tenemos una misión que hacer- le hablo a su hijo con tono de complicidad. Le acarició la mejilla y prosiguió, temió tropezar con algo. Sacando su varita iluminó la habitación, con tristeza observo los platos con comida descompuesta acumulada en varios muebles. Un hechizo mantenía la habitación sin olor alguno. Al estar cerca de la cama, sonrió al ver un gran bulto debajo del edredón.

-Mira Draco, hay una sorpresa debajo de toda esa tela- se sentó lentamente. Miraba a su hijo con ternura, agradeciendo a la peliblanca en su ayuda. -¿Eris?- llamó suavemente para no asustar a sus dos acompañantes. -Es hora de levantarse-

Fruncio el ceño levemente al no obtener respuesta, se giró. Estiró su mano en búsqueda de aquel tacto tibio. Se levantó repentinamente al no sentir nada, con rapidez encendió las lámparas y corrió la pesada tela.

Su corazón y mente estabas asustados, solo veía almohadas en esa gran cama. Su instinto se despertó, corrió al baño sin resultado alguno, Draco comenzaba a llorar al percibir la preocupación de su madre.

Cuando Narcissa estaba por correr a llamar a su esposo y Severus un fuerte trueno los espanto de muerte a ambos. Los llantos estridentes del bebé ponían cada vez mal a la dama, sintió un escalofríos en su nuca.

En una de las ventanas entraba un frío viento y gotas muy finas que pasaron desapercibidas para la rubia. Dejó al bebé en la cama con cuidado, al tomar la cortina y levantarla no pudo esperar más.

-¡Severus!- temía que ambos caballeros no escucharán su voz desesperada por las gotas de lluvia que sonaban cada vez más fuerte. Bajo con tanta prisa las escaleras que terminó golpeandó su nariz con el pecho de su marido. -¡Lucius!-

-¿Pero que ocurre?- la tomó de la cintura para tranquilizarla.

-¿Donde esta Severus?- lo buscaba con desesperación, eso alertó a Lucius, que teniendo lo peor corrió hasta su amigo junto a Narcissa. Al encontrarlo en la biblioteca la dama se arrojó a él con todo los sentimientos encontrados. -¡Severus, Eris ella...!- se atraganto por las lágrimas y el nudo en su garganta.

El pelinegro la observo con un mal presentimiento. Que creció al ver cómo Malfoy corría a la habitación de Eris.

"Si solo hicieras tu trabajo de esposo"

Sostuvo de los brazos a Narcissa para llevarla a la silla.

-¡La cuerda estaba atada en la pata de la cama y caía por la ventana!-

Solo esas palabras lo llevaron a un pozo oscuro, sabía que la peliblanca era capaz de muchas cosas menos suicidarse. Se levantó con la pesadez en su cuerpo de ver su cuerpo en tal estado colgándose en una cuerda. No podía ser, así no debía irse una mujer de tal magnitud.

Tropezó un par de veces, olvido como respirar. Lucius entró con la frente empapada en sudor y un bebé molesto llorando en sus brazos.

-¡Ella ya no está, veo frascos de pociones vacíos debajo de la cama!- vio a su amigo palidecer, por su torpeza al usar tales palabras corrigió al instante -¡Ella escapó, la cuerda la utilizó para bajar y que no la viéramos salir!-

Ambos adultos se asustaron al ver cómo los rasgos de preocupación en la cara del pelinegro se esfumaba para ser remplazados con signos intensos de enojo. Snape saco su varita que apretó con tanta fuerza que casi rompió.

-¿Que haces?- lo siguieron hasta la puerta principal, la lluvia sonaba muy fuerte, trataron de detenerlo. -Llamemos a Bella-

-¡Se quedarán aqui!- les grito cerrandole la puerta en sus narices. Comenzó a caminar deprisa con la idea de encontrarla.


¡He vuelto!

 En mi caso agregó las clases que llevó en la Universidad 😅, nadie me mandó a ver el interior de un cuerpo humano, pero así es el mundo de  la medicina

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En mi caso agregó las clases que llevó en la Universidad 😅, nadie me mandó a ver el interior de un cuerpo humano, pero así es el mundo de  la medicina. ¡Gracias por seguir aquí! ❤️‍🩹

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