Capítulo 15

3 1 0
                                    

And it is from this world of darkness
From which come the evil, destructive forces of man's nature

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Un agitado y sudoroso peliblanco se dejó caer sobre el suelo dentro de aquel putrefacto lugar. Densas lágrimas bajaban por su sucio rostro mientras su temblorosa y lastimada mano cubría su muslo, pudo notar gracias a su rasgado pantalón, una gran herida abierta e infectada de la cual un maloliente olor lo hacía querer llorar. Tenía miedo, mucho miedo. Jeno y Renjun ya no estaban. Donghyuck y Mark se habían vuelto sus enemigos. Yuta iba tras él después de haberlo noqueado aquella vez y sabía lo que aquello significaba. Seo y Lee también lo estaban buscando. Estaba acabado, tan acabado que lo único que podía consolarlo desde que las dos personas más importantes de su vida lo habían dejado involuntariamente era llorar, llorar y dormir, pues dormido no había dolor y en sus sueños podía verlos de nuevo.

Pero ¿cómo llegó aquel bello ángel llegó a terminar pudriéndose en el infierno?








-Queridos amigos, buenas noches. Me gustaría felicitarlos en esta gloriosa noche, pues el final está más que cerca para muchos. Es de mi agrado informarles que serán recompensados por sus valientes actos, por su determinación e inteligencia. Se les cita a todos ustedes al atardecer de mañana en el centro de la ciudad. Se les otorgará inmunidad durante dos horas y se les brindará todo lo que necesiten: alimento, armas, agua potable y medicamentos. Todo para ustedes. No está permitido que ninguno se ausente ni se retire sin haberlo indicado antes. Si alguien osa revelarse por mera curiosidad, tendrá consecuencias significativas. Que tengan una preciosa noche y no lo olviden: liberen sus almas, pues solo así serán hombres de bien en el mundo.

Después de que aquel aviso fue dado de nuevo, el silencio reinó en aquella oscuridad. Muchos se veían indecisos entre ellos, otros temerosos y otros simplemente sonrieron con diversión por lo que se avecinaba.

Jaemin, por el contrario, se congeló en su lugar. Encima de un árbol, observaba el cielo estrellado recordando todas esas veces en que lo había observado con Renjun mientras Jeno estaba de fiesta o simplemente ebrio. Renjun era la curita que el lastimado corazón de Jaemin necesitaba.

-Me debes estar jodiendo, estoy acabado, muy acabado.- El peliblanco sollozó en silencio mientras se abrazaba a sí mismo y mordía con fuerza el dorso de su mano. No quería que aquel bastardo supiera de su dolor y tampoco quería ser descubierto por cualquiera de los dementes de ahí abajo.

-No piensas ir, ¿cierto?- El joven moreno miró dudoso al canadiense que lo abrazaba en aquella incómoda cama.

-No tenemos opción, lo oíste, debemos hacerlo; no te preocupes por nada, todo estará bien, tendremos inmunidad y tal vez podamos ver a nuestros Hyung's ¿no los extrañas?- La grave pero relajante voz del mayor inundó la habitación, provocando que la piel del menor se erizara por mero instinto.

-Intentaron matarnos, Mark -contradijo el menor.

-Corrección, intentaron matarse entre ellos. Aparte, estoy seguro de que Johnny Hyung estará feliz de vernos. Si estamos con él, nos cuidará.-En un intento de tranquilizarle, el joven pelinegro acarició el cabello de su acompañante, el cual llenó de mimos y cariño.

Al final, ambos jóvenes habían aceptado ir a aquel reencuentro con la mayor cantidad de armas que pudieran para siquiera llegar con vida. No sabían con quién pudieran encontrarse ni qué intenciones tendrían con ellos.








La tarde comenzó a caer y con ella todos los restantes de aquel lugar comenzaron a acercarse, algunos más lento que otros gracias a sus condiciones.

Por el lado norte, cuatro cuerpos eran los únicos en aquella calle, aquel cuarteto que había cobrado varias vidas por venganza o simplemente por querer salir de aquel lugar. La cabeza de aquel grupo era aquel hombre alto y de fino porte, el cual caminaba tranquilamente con sus manos dentro de aquella chaqueta de cuero que había encontrado en alguna de esas tiendas abandonadas. A su lado, el joven pelirrojo, quien ahora vestía una holgada camiseta blanca sencilla que era acompañada de unos jeans rotos y unas botas altas completamente negras, vigilaba a su alrededor totalmente atento a cualquier ruido o movimiento mientras paseaba sus inquietos dedos por las diversas navajas, cuchillas y cuchillos que rodeaban su fina cadera, aprendidas a su cinturón. Detrás de ellos, ambos extranjeros eran quienes los seguían, pues gracias al golpe de Na, Yuta sufría de una molesta migraña constantemente, pero aquello no era un impedimento para el nipón, pues entre sus manos se encontraba su famoso arco y en su espalda se encontraba su carcaj con nuevas y algunas viejas flechas. Con el hongkonés el caso no era distinto: acabar con Huang le había costado una parte de su palma, pues aquel chiquillo le había mordido ferozmente en un intento de librarse de él. Logró quitarle un pequeño pedazo de carne, pero la adrenalina del momento fue suficiente para que Yukhei ignorara el dolor y acabara con su vida. Así que, a diferencia del japonés, él solo tenía un trozo de tela alrededor de su mano mientras su diestra sostenía un bate que Johnny le había fabricado, pues contaba con algunos clavos que le facilitarían la tarea de terminar con sus presas.

ㅤㅤㅤⁿᵉᵒ.     :     ( playground ) ㅤ survival   ༐   🆘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora